Todos hemos quedado con las venas abiertas, como se llama el libro más famoso de todo su enorme repertorio: Las Venas Abiertas de América Latina. Nos sentimos con ese mismo dolor desgarrador que se siente al leer las páginas llenas de historias de nuestra querida América.
El próximo mes se publica un libro llamado «Mujeres», y como siempre, podemos ver ese sentimiento maravilloso cuando cuenta por ejemplo: saben bordar, saben coser, saben sufrir… Denunciar cómo la Iglesia Católica les prohíbe hablar, los musulmanes mutilan su sexo y las tapan completamente, y los judíos rezan cada día diciendo «gracias señor por no ser mujer». Por esto y por muchas cosas más podemos confiar en su criterio, en su sabiduría, y dejarlo que nos diga así al oído: » hoy voy a contarles, a mi modo y manera, historias de mujeres…» Seguramente este libro será un éxito y sentiremos el orgullo de decir que fue un hombre sabio quien lo escribió. Será un best seller, y esperado con los brazos abiertos.
Como me comentaba un amigo argentino hace unos minutos, Galeano tiene una voz cálida, calmada, sincera, te hipnotiza, hace que nuestro intelecto florezca con sus pensamientos que a veces son hasta cortitos pero dichos con mucha poesía.
Me encanta una anécdota que él mismo contó en el Teatro San Martín hace muchos años, y fue lo que una niña le dijo a su padre cuando vio por primera vez el mar, ella dijo «papá, ayúdame a mirar, por favor», y Galeano dijo que el escritor es eso lo que hace, ¡ayuda a mirar! El resto de la gente vamos y venimos y no miramos, no nos damos cuenta de muchas cosas simples y bonitas que nos rodean, los escritores tienen ese don, de mirar con sentimientos y por eso nos ayudan a mirar.
Mientas viva te leeré muchas veces, siempre nos ayudarás a avanzar, gracias desde el fondo de mi corazón.