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The Great Bell Chant ( El Final Del Sufrimiento )

 

EL FIN DEL SUFRIMIENTO

Thich Nhat Hanh

‘Pueda el sonido de esta campana

penetrar profundamente en el cosmos.

Incluso en los rincones más oscuros,

las criaturas vivientes sean capaces de escucharla con claridad,

de manera que todo sufrimiento en ellos cese,

la comprensión llegue a sus corazones

y trasciendan el camino del sufrimiento y la  muerte.

La puerta universal del Dharma ya está abierta,

el sonido de la marea se escucha con claridad.

El milagro sucede,

un  hermoso niño aparece en el corazón de una flor de loto.

Una sola gota de esta agua de compasión,

es suficiente para devolver la primavera a nuestras montañas y ríos.

Escuchando la campana,

siento las aflicciones, dentro de mí, comenzar a disolverse,

mi mente se calma, mi cuerpo se relaja;

una sonrisa nace en mis labios.

Siguiendo el sonido de la campana,

mi respiración  me trae de vuelta

a la segura isla de la plena atención consciente.

 En los jardines de mi corazón,

las flores de paz florecen bellamente.’

Thich Nhat  Hanh

http://unoconlamusica.blogspot.com.es/2013/10/musica-new-age-texto-thich-nhat-hanh-la.html

Esta oración es recitada, al caer la tarde,  en los templos budistas de la tradición Mahayana de todo el mundo. Cantada en vietnamita  por el hermano  Phap Niem. Thich Nhat Hanh presta su voz para traducirla al inglés. Es una joya que trae paz y serenidad a los corazones

Thich Nhat Hanh

Publicado: 29 mayo, 2017 en meditación, Uncategorized
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Thich Nhat Hanh

Publicado: 17 marzo, 2017 en Uncategorized
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Vivir en el aquí y ahora no significa que nunca pienses acerca del pasado,
o que no planees con responsabilidad tu futuro.
La idea es simplemente que no te pierdas en los lamentos acerca del pasado
o en las preocupaciones sobre el futuro.»
Thich Nhat Hanh
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«Cuando muera, no quiero que construyáis una estupa y pongáis mis cenizas dentro de ella.
No me gustaría. Es un desperdicio de tierra.
Pero si insistís en construirla, os dejo una linea para inscribir sobre ella: ‘No hay nada aquí dentro’.
Y si seguís insistiendo, os dejo otra linea más: ‘Tampoco hay nada afuera'».

Palabras de Thích Nhất Hanh el día de su 86 cumpleaños

 
Un día se le ocurrió a cierto emperador que si supiera las respuestas de tres preguntas, nunca se equivocaría al tomar las decisiones.
 
¿Cuándo es el mejor momento para hacer algo?
¿Quiénes son las personas más importantes con las que debo trabajar?
¿Y cuál es el tema más importante del que debo ocuparme en todo momento?
 
El emperador emitió un decreto por todo su reino anunciando que aquel que respondiera a las tres preguntas recibiría una gran recompensa. Muchos de los que lo leyeron se dirigieron enseguida al palacio con respuestas distintas.
 
 
Una persona respondió a la primera pregunta diciendo que el emperador debía confeccionar un programa planeando cada hora, día mes y año las tareas. Otra persona dijo que era imposible planear algo de antemano y que el emperador debía olvidarse de entretenimientos y estar siempre muy atento. Otra insistió en que el emperador debería crear un Consejo de Sabios y actuar siguiendo sus consejos.  Otra persona dijo que algunos asuntos debían resolverse al instante y que no había tiempo para consultarlos, pero quizás se lo podría preguntar a magos y adivinos.
 
 
Las respuestas a la segunda pregunta también fueron distintas.  Una persona dijo que el emperador debía confiar en sus administradores, otra sugirió los sacerdotes y monjes, y otras le recomendaron los médicos. Incluso otras personas le aconsejaron confiar en los guerreros.
 
 
La tercera pregunta también obtuvo una variedad similar de respuestas. Algunos dijeron que la ciencia es lo más importante, otros que era la religión y otros reivindicaron la importancia de la destreza militar.
 
 
Al no sentirse satisfecho el emperador, disfrazado de campesino, fue a buscar a un ermitaño sabio que vivía en las montañas, una vez atravesados bosques y algún valle, se encontró con el ermitaño que estaba trabajando la tierra con una azada. Al verlo fatigado y anciano, el emperador le ayudó con el trabajo y trató que el venerable ermitaño respondiera a sus preguntas. No dijo nada, sólo unas palmaditas en la espalda y volvió a relevarle en la tarea al emperador.
 
Después de un rato oyeron a alguien que corría por la montaña, al llegar a ellos vieron que se trataba de un hombre ensangrentado y muy asustado que se derrumbó y perdió el conocimiento ante ellos. El emperador lo llevo dentro de la ermita y allí trató de contener la hemorragia, le cambió de ropas y le dio algo de agua y comida que el ermitaño le ofreció. Ya estaba anocheciendo y pronto el emperador quedó dormido. 
 
Al despertar, miró hacia la cama y vio al hombre herido mirándole y con un hilo de voz diciéndole:  «¡Por favor, perdonadme!» 
 
Sorprendido, el emperador siguió escuchando. 
 
«Su majestad, no me conocéis, pero yo si os conozco. Era vuestro peor enemigo y había prometido vengarme de vos, porque en la última batalla matasteis a mi hermano y confiscasteis mis propiedades. Cuando me enteré de que ibais a ir solo a la montaña para ver al ermitaño, decidí atacaros durante vuestro regreso y mataros. Pero después de esperar mucho tiempo y ver que no volvíais, decidí olvidarme de la emboscada e ir con vuestros ayudantes que, al reconocerme, me hicieron esta herida. Por suerte pude escapar y corrí a refugiarme en este lugar. Si no os hubiera encontrado seguro que ya estaría muerto. Yo he intentado mataros y vos, en cambio me habéis salvado la vida. No podéis imaginaros lo avergonzado y a la vez lo agradecido que me siento. Si salgo de ésta con vida, prometo ser vuestro sirviente por el resto de mi vida e intentaré conseguir que mis hijos y nietos hagan lo mismo. Os ruego que me perdonéis.»
 
El emperador se quedó encantado al ver que se había reconciliado con tanta facilidad con uno de sus antiguos enemigos. No sólo le perdonó, sino que además le prometió devolverle sus propiedades y enviarle a su propio médico y a sus sirvientes para que lo cuidaran hasta que estuviera recuperado del todo. 
 
Antes de regresar al palacio, el rey quería plantearle al ermitaño las tres preguntas por última vez.
 
El ermitaño se levantó y mirando al emperador le dijo:
 
«¡Pero tus preguntas ya han sido respondidas! Ayer si no te hubieses apiadado de mi edad y no me hubieras ayudado a cavar los surcos, tu enemigo te habría atacado al volver a tu hogar y habrías lamentado no haberte quedado conmigo. Por tanto el tiempo más importante fue cuando estuviste cavando los surcos, la persona más importante era yo y la tarea más importante era ayudarme. Más tarde, cuando aquel hombre herido llegó corriendo hasta aquí, el tiempo más importante fue cuando le vendaste la herida, porque si no te hubieras ocupado de ella habría muerto y tú no habrías podido reconciliarte con él. De igual modo, él era la persona más importante en aquellos momentos, y la tarea más importante era ocuparte de su herida. Recuerda que sólo hay un momento importante: el ahora. El presente es el único momento del que disponemos. La persona más importante es siempre aquella con la que estás, la que tienes ante ti, ya que ¿quién sabe si podrás relacionarte con cualquier otra en el futuro? La tarea más importante es hacer que la persona que está junto a ti sea feliz, este es el cometido de la vida.» 
 
La historia de Tolstoy es como una historia de las escrituras: está a la altura de cualquier texto sagrado. Hablamos de ayudar a la sociedad, a las personas, a la humanidad, a los que están lejos, a llevar la paz al mundo, pero solemos olvidar que sobre todo debemos vivir para las personas que hay a nuestro alrededor. Si no puedes ayudar a tu pareja, a tus hijos o a tus padres, ¿cómo vas a ayudar a la sociedad? Si tus amigos del movimiento por la paz o de una ONG no se quieren ni se ayudan unos a otros, ¿a quién podrán amar y ayudar entonces? ¿Estamos trabajando para otros seres humanos o lo estamos haciendo solo por la reputación de una organización humanitaria?
 
En el mundo podemos dedicarnos a innumerables causas. Concentrémonos por el momento en una escala más modesta: la familia, los compañeros de clase, los amigos y la comunidad de la que formamos parte. Debes vivir para ellos, ya que si no lo haces, ¿para quién crees que estás viviendo entonces?
 
Tolstoy era un santo, lo que los budistas llamamos un Bodhisatva. Pero ¿fue el emperador capaz de ver el sentido y la dirección de su vida? ¿Cómo podemos vivir en el momento presente, vivir en este precioso instante con las personas que nos rodean, ayudando a disminuir su sufrimiento y haciendo que sus vidas sean más felices? ¿Cómo? La respuesta es la siguiente: practicando el ser conscientes. El principio que Tolstoy nos ofrece parece fácil. Pero si deseas ponerlo en práctica debes utilizar el método de ser consciente para buscar y encontrar el camino.
 
 
 
Extracto del libro: El milagro de mindfulness. Thich Nhat Hanh. Ediciones Oniro.

Thich Nhat Hanh

Publicado: 13 diciembre, 2016 en filosofia, psicología
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“A menudo pensamos en la paz como la ausencia de guerra; que si los países poderosos podrían reducir sus arsenales, podríamos tener paz. Pero si miramos profundamente en las armas, veremos nuestras propias mentes – nuestros prejuicios, miedos y la ignorancia. Incluso si transportamos todas las bombas a la luna, las raíces de la guerra y las razones de las bombas todavía estarían aquí, en nuestros corazones y mentes, y tarde o temprano iríamos a fabricar nuevas bombas. Busca ser más consciente de las causas de la ira y de la separación, y de lo que las supera. Erradica la violencia de tu vida, y aprende a vivir con Compasión y con Atención Plena.”

-Thich Nhat Hanh.

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Thich Nhat Hanh

Publicado: 19 agosto, 2016 en psicología, Uncategorized
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«Cuando otra persona intenta hacerte sufrir, es porque sufre profundamente dentro de sí, y su sufrimiento se ha rebosado.
Esta persona no necesita un castigo, necesita ayuda; ese es el mensaje que está enviando.»

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“Si en el amor no hay alegría, no se trata de verdadero amor. Si estamos sufriendo y llorando todo el tiempo o si se hace llorar a la persona que amamos, eso significa que no se trata de un verdadero amor, incluso puede llegar a ser lo opuesto a él. Si en la relación de pareja no hay alegría, seguro que no es un verdadero amor.»

 

 

 

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Cuando nos sentamos a practicar atención mental nuestro cuerpo y nuestra mente pueden estar en paz y en completa relajación. Pero este estado de paz y relajación difiere fundamentalmente del estado mental perezoso y semiconsciente que observamos cuando estamos descansando o dormitando.

Al sentarse en ese estado perezoso y semiconsciente, tan lejano de la atención mental, es como sentarse en una cueva oscura. Con atención mental no sólo estamos descansados y felices, sino también alertas y despiertos. La meditación no es una evasión, en un sereno encuentro con la realidad. La persona que practica la atención mental debe estar tan despierta como el conductor de un coche: sino está despierta le poseerán la dispersión y el olvido, tal y como un conductor que no está despierto puede fácilmente causar un grave accidente. Debes permanecer tan despierto como una persona que camina sobre unos altos zancos-cualquier paso en falso puede llevarle a la muerte-. Debes ser como un caballero medieval que anda desarmado por un bosque de espadas; debes ser como un león que avanza con pasos lentos suaves y firmes. Sólo con esta clase de vigilancia puedes realizar el Despertar total.

Para los principiantes se recomienda el método de simple reconocimiento. Ya he dicho que este reconocimiento debe hacerse sin juicios; tanto los sentimientos de compasión como los de irritación deben ser bienvenidos, reconocidos y tratados igual porque ambos son nosotros.

Cuando estamos poseídos por la tristeza, la ansiedad, el odio o una u otra pasión, encontramos difícil de practicar el método de la meditación en un sólo objeto, utilizando nuestra mente como el sujeto de la meditación.

Esta meditación revela y cura. La tristeza o la ansiedad, el odio o la pasión revelan su verdadera naturaleza bajo la mirada de nuestra concentración y meditación. Esa revelación conduce naturalmente a la curación y la emancipación; la tristeza o cualquier otra cosa que haya sido la causa del dolor, puede ser utilizada como un medio para la liberación del tormento y del sufrimiento; podemos decir que es un clavo que saca a otro clavo.

Debemos tratar a nuestra ansiedad, nuestra pena, nuestro odio o nuestra pasión cuidadosamente, con respeto, sin resistirnos, sino viviendo con ellos, haciendo las paces con ellos, y penetrando en su naturaleza con la meditación en la interdependencia. Un practicante serio sabe cómo seleccionar objetos de meditación que encajen en la situación. Los objetos de meditación tales como la interdependencia, compasión, sí mismo, el vacío, el desapego, pertenecen a la categoría de meditaciones que tienen el poder de revelar y curar.

Ahora bien, la meditación en esos objetos sólo tendrá éxito si tenemos cierto poder de concentración. Ese poder lo obtendremos con la práctica de la atención mental en la vida cotidiana, con la observación y el reconocimiento de todo lo que suceda. El objeto de la meditación debe ser una realidad que tenga verdaderas raíces en nosotros, no puede ser un tema de especulación filosófica. Debe ser como una comida que deba ser guisada a fuego fuerte durante mucho tiempo. La ponemos en la cazuela, la tapamos y encendemos el fuego. La cazuela somos nosotros y el calor usado para guisar es el poder de la concentración. La energía viene de la continua práctica de la atención mental. Si no hay suficiente calor, la comida no se hará nunca, pero una vez hecha, la comida revela su verdadera naturaleza y nos ayuda a llegar a la liberación.

Thich Naht Hanh
Extracto de: Como lograr el milagro de vivir despierto.

Largo, pero cada párrafo es una bendición…

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* En la imagen, Thay al término de la primera conferencia en el marco de las jornadas.

Apuntes de la segunda conferencia de Thich Nhat Hanh en el marco de las Jornadas internacionales de Mindfulness en Educación. “Escuelas despiertas”. Barcelona, Universidad Central, 10 de mayo de 2014.

Despertándome esta mañana sonrío. Inspiro y sonrío. En realidad dispongo de veinticuatro horas nuevas para vivir. Es mucho. Hago el voto de vivir esas veinticuatro horas nuevas de forma profunda. No voy a consentir que la ira, los celos… me impidan vivir plenamente todas esas horas. Voy a vivir estas veinticuatro horas viendo a todos los seres que me encuentre con ojos de compasión.

Más tarde mientras cepillas los dientes puedes igualmente ser feliz. Puedes por ejemplo apreciar el agua y mismamente ese tiempo que te das para limpiarse los dientes. Agradeces el agua que llega hasta a ti por la tubería desde la cima de la montaña o lo profundo de la tierra. En el más simple acto puedes imprimir conciencia. Hasta para el acto de sentarse hay un verso que puede recitar el novicio: “Me siento aquí como Áquel que se sentó delante del árbol del Body, me siento como un Buda. Me siento como una persona libre.”

Así hay hasta cincuenta versos como estos de forma que el novicio pueda imprimir plena conciencia en cada momento del día. Permiten mejorar la calidad de la presencia durante la vida cotidiana. Hemos inventado incluso un verso para andar en bicicleta. No en vano soy uno de los primeros monjes budistas que se desplazaba en bicicleta. (risas…) Ahora es más corriente, pero entonces no lo era. Hemos creado también la meditación del teléfono. Inspiras y respiras. Antes de llamar te serenas. Las palabras que emitas han de ir dirigidas a promover más comprensión y amor. Esas palabras han de ser como flores. Pronuncias el verso y después llamas. Al otro lado hay otra persona que probablemente también se habrá serenado y respirado. El teléfono puede ser como una campana. Puede llevar implícita una llamada de atención. A veces nos sobresaltamos con una llamada. Si llamas a Plum Village y no te cogen, has de saber que están respirando. (risas…) Por tu parte, tú también respira y aguarda a que al otro lado cojan el teléfono. Hay un maestro en la India llamada “Shantum” (Desconozco la escritura del nombre. Nota del transcriptor). Nos encontramos con su madre. Ella ya practicaba este tipo de meditación.

Imaginemos que en una ciudad como Barcelona toda la gente practicara la meditación del teléfono. De esta forma, por medio de la palabra se promovería más comprensión y amor. Sentándome, caminando, lavando los platos… puedo vivir en la plena conciencia. De hecho hay un verso para cada uno de estos actos cotidianos. Puedo fregar con plena conciencia. Incluso para antes de arrancar un coche hay un verso. Hay un verso también para cuidar de las emociones dolorosas. Todos esos versos son muy útiles para la vida de un practicante. La práctica de la plena conciencia es muy beneficiosa.

La primera pauta del practicante es proteger la vida. Has de protegerte a ti mismo, proteger la vida de los seres que amas, pero también de los animales, las plantas y minerales. Reverencia por lo tanto hacia toda la vida sin exclusión. Alberguemos reverencia y compromiso de proteger la vida. Mucha gente joven se suicida cada día, pues no saben cómo manejar una situación difícil. La practica de la plena conciencia les puede ayudar a manejar situaciones difíciles. En Japón, por poner un ejemplo, 30.000 personas se suicidan cada año. En Hong Kong, en los países occidentales hay cifras también alarmantes. Las personas se suicidan cuando no aciertan a manejar las emociones difíciles. Con la ayuda de la plena conciencia podemos ayudar a salvar esas vidas.

Hay que dejar de pensar para que ese tipo de pensamientos no se hagan más fuertes. Puedes practicar la respiración consciente profunda. Llevas toda tu emoción abajo y pones tu atención en un subir y bajar del abdomen. Puedes tumbarte y tomar conciencia del subir y bajar del abdomen. Mantienes ahí la concentración. Una emoción fuerte llega, se queda un rato y se va. Una emoción es algo pequeño y tú eres mucho más grande que esa emoción. ¿Por qué necesitas morir a causa de una emoción? Una emoción es como una tormenta que viene y marcha. Necesitamos primero comprender esa clase de emoción para manejarla.

Dejamos de pensar al colocar la atención al nivel del ombligo. La emoción viene pero desaparecerá. Unos minutos después ya no estará. Me diré: “Yo no tengo miedo, yo he aprendido cómo manejar esa emoción”. No he de esperar a tener emociones fuertes para practicar la respiración profunda o del abdomen. Hemos de practicar de forma que esa respiración se convierta en un hábito. Una vez que llega la emoción fuerte, la abrazarás como una madre a su hijo. Te puedes hacer tú mismo una meditación guiada. Respirarás con esa emoción fuerte. Como maestros de educación, podemos igualmente llevar esta meditación de las emociones fuertes a las aulas. Si hay un niño que tiene una crisis, podemos pedir a toda la clase que practique. Al generar la energía de la plena conciencia y de la paz y ayudamos a ese niño en su crisis. En verdad entonces sufrirá mucho menos. Padres y profesores deberían practicar la meditación profunda en el abdomen para poder ayudar a los chavales en la escuela.

Hay un segundo entrenamiento que consiste en la búsqueda de la verdadera felicidad. Mucha gente piensa que la felicidad está hecha de fama, dinero, placeres sensuales…, sin embargo muchas personas que detentan esas cosas, sufren e incluso cometen suicidios. Debemos ayudar a los jóvenes a comprender que la felicidad verdadera está hecha de comprensión y de amor. De hecho el amor nace de la comprensión verdadera. Es útil preguntar a los jóvenes: “Cariño, ¿crees que te entiendo? Sino ayúdame por favor.” Comprendernos a nosotros mismos ayudará a la otra persona. A la persona que amamos podemos ofrecerle comprensión. En el verdadero amor esa comprensión se acrecienta. Hemos de comprender el sufrimiento en él o ella. Un padre puede motivar a un hijo a ser feliz. La compresión es muy importante. “Hijo, ¿crees que entiendo tus dificultades?” El hijo también dirá: “Padre, ¿crees que llego a comprender tus dificultades? Dímelo por favor.

Amar es comprender. Comprender es la otra denominación del amor. Si no comprendes a la otra persona, no puedes amarle. He ahí el verdadera razón de la felicidad. La plena conciencia nos ayuda a comprender que la felicidad verdadera está hecha de amor y compasión. El Reino de Dios es el Reino donde hay mas comprensión y amor. Podemos hacer de la tierra un Reino para todos.

En la práctica de la plena conciencia sabemos que el deseo sexual destruye el amor y crea mucho sufrimiento. La gente joven no sabe lo que es el amor de verdad. En cuanto padres deberemos ayudarles. ¿Qué es el amor de verdad? No terminan de alcanzar a conocer lo que en verdad representa el amor verdadero. Un joven pidió a su novia que le diera una foto de ella desnuda. La chica no quería enviarle esa foto, sin embargo también tenía miedo de que él la abandonara y se sintió obligada a enviársela. Él a su vez la reenvió a sus amigos. Hechos como éste ocurren a menudo. Es importante enseñar que el verdadero amor está hecho de benevolencia, alegría, comprensión y no discriminación; que el verdadero amor no equivale a relaciones sexuales.

El primer elemento del verdadero amor es “maitri”, amor incondicional. Representa la amistad, la hermandad con todo su inmenso poder de generar alegría y felicidad. Podemos ayudar a suscitar verdadera amistad. Es preciso comprender cómo a veces queremos hacer a alguien feliz y sin embargo le hacemos sufrir mas. Si respiras y caminas plenamente, restableciendo tu belleza, tu frescura, te encontrarás en condiciones de dar amor de verdad y generar en la otra persona auténticas alegría y felicidad. La gente joven puede hacer esa práctica.

El segundo elemento de verdadero amor es “karuna”, es decir ayudar a alguien a sufrir menos, llegar a transformar el sufrimiento que habita en él o en ella. En ese sentido, la escucha compasiva puede ayudar a sufrir menos. Comprendiendo su sufrimiento le ayudamos a que se exprese su corazón. El amor verdadero tiene que tener “karuna” , es decir capacidad de ayudar a mermar el sufrimiento. Habitados por la energía del amor y la compasión se puede ayudar simplemente estando al lado, compartiendo tu amor y tu alegría.

El tercer aspecto del verdadero amor es “mudita” o verdadera alegría, “enjoy” El amor necesita generar alegría. Ésta constituye en realidad la marca del verdadero amor. Si a tu pareja le haces sufrir hasta el punto de llorar, eso no representa verdadero amor. “Upeksa” es el cuarto y último elemento del verdadero amor. Representa la no discriminación. No hay discriminación entre él y ella. No puedes decir: “Cariño es tu problema”. No hay discriminación entre el amante y el amado. Tu felicidad es la suya, su sufrimiento el tuyo. Si es amor verdadero, crecerá cada día; si deja de crecer, no será verdadero amor. Nada puede vivir sin nutrir. Si la depresión continúa es porque ese amor no ha sido nutrido. Si dejamos de nutrir el amor, decaerá. Si no sabemos cómo nutrir el verdadero amor, morirá. Ayudar a que nuestro amor crezca cada día, es garantizar la continuación de ese amor. Empieza con dos personas, pero irá poco a poco incluyendo a más. No amarás a esa persona porque es del mismo país o sigue las mismas creencias religiosas. Tu amor crecerá hasta el punto de abrazar a todos los seres humanos incluyendo las plantas y los animales. Eso es “upeksa”.

El amor verdadero necesita por lo tanto ser practicado en las escuelas. Los profesores han de saber del amor verdadero. Los profesores pueden encarnar el amor verdadero. Escuchamos con compasión para poder restaurar la comunicación. En caso de los profesores, debemos hacerlo primero con personas de la familia. Una vez hecho con la familia lo haremos con los compañeros de la escuela y finalmente lo podemos llevar la práctica a la propia aula. Se pueden así superar la diferencias generacionales. Es muy positivo juntarse los estudiantes y profesores y hablar del sufrimiento que unos y otros albergan. Podemos decir al alumno que sufre: “Cuéntanos tu sufrimiento. Toda la clase escuchará con compasión”.

Necesitamos tener tiempo para hacer estas prácticas. En el retiro que acabamos de realizar en Madrid, un niño de once años me confesó que sufría. Sufría incluso cuando su madre le decía buenas noches… “Querido Thay, tengo dificultades hasta para dormir. Mi madre me impone muchas cosas”. La madre pensaba que actuaba correctamente, pero no funcionaba. Respondí al niño y le dije que las madres tienen sus propias dificultades y sufrimientos: “No le has ayudado a tu madre. Piensa en ella, no sólo en tu sufrimiento. Pregúntale a tu madre por su clase de sufrimiento, por las dificultades que ella también tiene. Quizás no sepa de cómo manejar esa situación…” Mientras que respondía a ese niño, muchas madres que estaban en la sala lloraban, Enseñando la práctica, podemos ayudar a sufrir menos. Cuando los jóvenes comprenden las dificultades de los padres, también les pueden ayudar. Hemos organizado retiros para la gente joven y hemos podido comprobar que después han sido capaces de restaurar la comunicación. Los estudiantes también pueden ayudar a los padres a que sufran menos. Ello es posible a partir de la práctica de la plena conciencia

Palabra amorosa y escucha amorosa proporcionan el milagro de la reconciliación. Si las personas en cuestión han estado en el retiro será más fácil, pues la semilla de la reconciliación ya ha sido regada previamente. De cualquier forma también puedes servirte de tu móvil. Animamos a utilizar el teléfono antes de finalizar el retiro. Muchas parejas han podido alcanzar la reconciliación antes de finalizar el retiro. En el ámbito de la educación, como profesores podemos mejorar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje. De esta forma los profesores disfrutarán de enseñar y los estudiantes de aprender. Es preciso hacer algo para que los profesores y los estudiantes puedan disfrutar. Podemos compartir nuestras dificultades y sufrimientos y lograr así avanzar en ese camino de la mutua comprensión.

Podemos igualmente ayudar a que los estudiantes sufran menos guiando una sesión de meditación profunda. Podemos hacerlo tumbados o sobre la hierba. Si vemos que alguien sufre, podemos ir a él o ella y preguntarle porque está sufriendo. Si resulta que su madre está en el hospital y no sabe si va siquiera a sobrevivir, el profesor se dirigirá a la clase. Todo el grupo practicará el ejercicio el respirar juntos en plena conciencia para enviar energía sanadora a su madre. Así ayudaremos también a calmar el estudiante y después podremos continuar la clase. Observaremos así el porqué de un comportamiento. Comprendiendo el sufrimiento, podremos hacer que todo sea más fácil en el trabajo de enseñar y aprender.

Henry era un profesor que después de estar en Plum Village comenzó a practicar la plena conciencia. Los otros profesores le miraban al comienzo extrañados, pero pronto pudieron comprobar lo mucho que esa práctica ayudaba en la mejora de la enseñanza. Así es como transformación y la sanación tuvieron lugar. Otras clases comenzaron a seguir ese ejemplo. Una vez a Henry le llegó el momento de la jubilación, la dirección del centro le pidió que se quedara más tiempo, pues tal era el grado de armonía que había logrado llevar a las aulas. Observamos así pues como palabra amorosa y la escucha profunda mejoran la calidad de la enseñanza y el aprendizaje.

La plena conciencia la podemos igualmente practicar en el ámbito del consumo consciente. Nuestra sociedad piensa mayoritariamente que la felicidad consiste en tener el suficiente dinero para ir a las tiendas y supermercados y comprar lo que queramos. Sin embargo nosotros sabemos que la verdadera felicidad es el amor y la comprensión y eso no se puede comprar en el supermercado. De eso también se puede hablar en el aula.

Hay 4 clases de nutrición:

Comestibles. Lo que ingerimos a través de la boca. Debemos de comer de tal forma que mantengamos la compasión en nuestro corazón y ayudemos a los seres vivos del planeta. El consumo de carne y de alcohol ha hecho mucho daño. La industria cárnica contamina más incluso que la del coche. Hace mucho dalo al medio ambiente. Mientras mucha gente muere de hambre, la cantidad de pienso que hace falta para alimentar al ganado es gigantesco. Buda nos cuenta la historia de la pareja joven con su criatura que busca refugiarse en otro país. Necesitan atravesar un desierto en su exilio. Se quedan sin comida. Deciden matar a su hijo para poder sobrevivir consumiendo su carne. ¿Dónde está ahora nuestro hijo querido se preguntaban…? Consiguieron salir del desierto y sobrevivir. El Buda preguntó si la pareja disfrutaba del consumo de la carne de su hijo. Por nuestra parte ¿Vamos por lo tanto vamos a consumir de forma que no necesitemos matar a nuestros hijos e hijas? La cantidad de grano que se emplea para hacer alcohol y carne es la que se necesitan para salvar muchas vidas. Sin ese consumo podríamos salvar la situación en la tierra. Si lo reducimos de forma significativa preservaremos la vida.

La segunda forma de nutrición son las emociones sensoriales. Al mirar televisión, escuchar música… consumes. Quizás ello contenga toxinas y eso no es bueno para nuestra salud. Hay niños que pasan hasta horas diarias delante de los juegos electrónicos o la televisión. Ello no es bueno para su salud física y mental. Igualmente una conversación puede ser tóxica si las palabras están cargadas de violencia y de ira. Deberemos de reflexionar también sobre este consumo. Necesitamos practicar la plena conciencia también en este tipo de consumos. Los anuncios cultivan en ti la urgencia de comprar aunque no lo necesites. Te hacen creer que la felicidad depende del consumo de cosas. Sin embargo nosotros sabemos que la verdadera felicidad está hecha de amor y comprensión.

Muchas noticias de los diarios nos llegan igualmente cargados de ira y violencia. El respirar en paz no constituye noticia. Las historias que leemos contienen a menudo exceso de ira, desespero y violencia. Estaba en Nueva Delhi cuando se celebraba el aniversario de la muerte de Ghandy. Un periódico de la ciudad nos invitó a hacer un editorial, así que fuimos a la redacción. Justo ese día había habido una bomba terrorista. ¿Debemos dar la noticia de forma que genere más violencia o deberemos comprender porque los violentos obran así? Los terroristas motivados los terroristas por el odio, no necesitan castigo. Necesitan ayuda. Ese sentimiento de compasión hacia quien causa sufrimiento se ha de alentar también en los lectores. Hay que regar también las semillas del amor y la comprensión de quienes leen o escuchan las noticias. De lo contrario si sembramos las semillas del odio, nos podremos ver sumidos en una guerra.

La tercera forma de alimento es la volición. Cada uno de nosotros deberíamos tener tiempo para discernir qué queremos hacer con nuestra vida. ¿Aspiramos a ser el número uno, tener dinero, fama, deseos sexuales…? ¿Pretendo ir en definitiva detrás de objetivos que me pueden hacer daño? Eso no es buen alimento. Si estas motivado por el deseo de prevalecer ante los demás, por la ira…, eso no es un buen alimento. Cambiar el mundo en una buena dirección, ése es un buen alimento.

A esta forma de alimento se le denomina también la aspiración. Encontrar un sentido profundo a la vida, de forma que pueda tener algo de significado. Si soy un maestro puedo transmitir a los estudiantes una vida sencilla. Los monjes y monjas por ejemplo no tienen cuenta corriente, casa privada, coche … y aún y todo son personas felices. Actuamos no como individuos, sino como una comunidad, sabemos que tenemos el ideal de ayudar a los demás sufrir menos. Los profesores deberían tener también esta aspiración de ayudar a los estudiantes a sufrir menos, trascendiendo por ejemplo los deseos sexuales…

El último alimento es la conciencia. Consumimos nuestra propia conciencia. Consumimos nuestra conciencia para sobrevivir. Consumimos el cielo y el infierno. En el budismo hablamos de la conciencia en términos de semillas. Hablamos de semilla de hermandad, de comprensión, de perdón, de hermandad… Si sabemos cómo regar esas semillas el paraíso, estarán ahí para poder hacer florecer el Reino de Dios. Regando esas semillas positivas inauguramos ya dentro de nosotros mismo el Reino de Dios. También el sufrimiento que no ha sido comprendido y transformado, que ha sido transmitido de generación en generación constituye nuestro infierno. Continuamos sufriendo el sufrimiento de nuestros antepasados. Hemos podido sufrir abusos con violencia, pero el momento presente es maravilloso. A menudo sin embargo no somos capaces de establecernos el momento presente, pues hemos tenido un pasado doloroso. Es así como somos arrastrados hacia el sufrimiento del pasado. Por eso diremos: “Cariño la vida es preciosa en el momento presente, porque siempre vuelves a es rincón oscuro del pasado. Hay un paraíso en el momento presente para que lo disfrutes, ¿por qué tienes que ir a ese rincón?

Los psicoterapeutas hacen algo similar. Hay grupos con mucha rabia, llenos de desesperación. Hay en realidad barrios enteros así. Todo el mundo en ese barrio genera violencia y resentimiento cada día. Es difícil en esos barrios ser feliz. Deberás despertar y salir de ese lugar para no consumir esa energía de odio, para no construirte con ira. Después de haber sanado podemos volver para ayudar, pero no antes. ¿Cómo transformar un barrio entero lleno de violencia y de miedo y crear una comunidad donde reine la alegría? ¿Cómo fomentar un entorno saludable de forma que nuestros hijos crezcan como personas felices?

Pertenecer a un grupo nos ayuda practicar, a resistirnos a la energía colectiva de la rabia y así sanarnos a nosotros y a quien consideramos los enemigos. No necesitamos establecer un país separado, divorciado. Si queremos crear una nación nueva es porque no pensamos lo suficiente en los valores como la unión y a hermandad. Si nosotros y los jóvenes viven con los valores de la nueva conciencia, la sanación es posible. Los maestros de escuela deberían encarnar esa energía de la plena conciencia.