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No intentes cambiar a nadie:
limítate a iluminar…,
porque es tu luz la que invita
a tu prójimo a cambiar…,

que en estos tiempos extraños
en que elegiste volver,
tu tarea, compañero,
no es otra que la de “ser”.

Y si ese que va a tu lado
se encuentra dormido acaso,
respeta su desarrollo
y su aparente retraso…

Contémplalo con ternura
y acéptalo tal cual es,
y déjalo que prosiga
marchando sobre sus pies.

No te olvides que el está
siguiendo su “plan de vida”:
ese que le armó su alma
al preparar su venida.

Y tú no puedes lograr
que eleve sus vibraciones,
ni con presiones abiertas
ni sutiles empujones….,

porque hay ciclos en la vida
que no se pueden forzar:
¡ya su corazón un día
se abrirá de par en par!

Y entenderá cabalmente
de forma clara y certera,
que esta vida es solamente
una ilusión pasajera…

Tú entra en tu propio silencio,
y en forma suave y callada,
deja que tu luz interna
se filtre por tu mirada.

Tu impronta suave y serena
produce su propia acción,
y esparce sobre las cosas
silenciosa inspiración…

Y cuando dejas que el otro
transmute su propia cruz,
no intentas cambiar a nadie…
¡pero los cambia tu luz!

Bertolt Brecht

Publicado: 19 noviembre, 2015 en Uncategorized
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«La piel, de no rozarla con otra piel se va agrietando…
Los labios, de no rozarlos con otros labios se van secando…
Los ojos, de no mirarse con otros ojos se van cerrando…
El cuerpo, de no sentir otro cuerpo cerca se va olvidando…
El alma, de no entregarse con toda el alma se va muriendo».

La Soja o Soya es el alimento transgénico más difundido y comercializado en el mundo. Se ha preguntado de dónde proviene la soja y por qué la mayoría de los alimentos procesados contienen soja transgénica.

Usted puede encontrar soja o soya (conocido también como Glycine max) y sus derivados en casi todos los productos envasados como: Mono-diglicerido, yuba, TSF (harina de soja texturizada) TSP (proteína de soja texturizada), TVP (proteína vegetal texturizada), Lecitina y también Isoflavonas de soja.

Los aislados de proteína de soya pueden ser encontrados en las barras de proteína, licuados de proteína, agua de frutas embotellada, sopas y salsas, análogos de carne, productos horneados, cereales y suplementos dietéticos. También en alimentos infantiles y productos cósmeticos.

soya y sus derivados Un gran porcentaje de soja (soya) está genéticamente modificado (90%), y también presenta uno de los niveles más altos de contaminación por pesticidas entre todos los alimentos.

El 94% de la soya cultivada en los Estados Unidos es genéticamente modificada, lo que literalmente garantiza que usted está consumiendo soya transgénica al comprar productos de soya y alimentos procesados que contienen derivados de soya. Los alimentos transgénicos presentan sus propios riesgos de salud, incluyendo trastornos hormonales y problemas de fertilidad.

La soja (soya) producida en gran parte de América del Sur es para la exportación, Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia están cubiertos también por extensos campos de soja transgénica o modificada genéticamente.

La mayoría de esta soja (90%) proviene de la ingeniería genética. La compañía Monsanto ha desarrollado variedades de soja (soya) para ser resistentes a su herbicida Round Up (glifosato). Round Up mata todas las plantas, excepto la soja.

También es conocido el problema de la soja y las alergias. Se suma a los 8 alimentos responsables de un gran porcentaje de las alergias alimentarias documentadas en todo el Mundo (maní, soja, castañas de Brasil, leche, huevos, pescado, crustáceos, trigo).

Efectos Secundarios del Consumo de Soja (Soya)

La soja tiene un alto contenido de ácido fítico, contenido en el salvado y las cáscaras de las semillas. Esta sustancia puede bloquear la absorción de minerales esenciales como el calcio, magnesio, cobre, hierro y especialmente cinc en el tracto intestinal.

libro oscura historia de la soja soya

Los chinos no comían frijol soja fermentado como las otras legumbres, como lentejas, porque el frijol soja contiene grandes cantidades de toxinas naturales, o «antinutrientes». Primero entre ellos están los potentes inhibidores de enzimas que bloquean la acción de la tripsina y otras enzimas que se necesitan para digerir las proteínas.

Estos inhibidores son proteínas grandes, dobladas apretadamente, que no son desactivadas por completo durante el cocimiento normal. Pueden producir serias molestias gástricas, una reducida digestión de las proteínas, y deficiencias crónicas en la absorción de los aminoácidos. En animales de laboratorio, las dietas altas en inhibidores de la tripsina causan agrandamiento y condiciones patológicas del páncreas, incluyendo cáncer.

El frijol soja también contiene hemaglutinina, una sustancia que promueve la formación de coágulos y hace que las células rojas de la sangre formen grumos.

Los inhibidores de la tripsina y la hemaglutinina son inhibidores del crecimiento. Las ratas en destete alimentadas con soja que contiene estos antinutrientes dejan de crecer normalmente. Los compuestos que debilitan el crecimiento son desactivados durante el proceso de fermentación, así que, una vez que los chinos descubrieron cómo fermentar el frijol soja, comenzaron a incorporar en su dieta alimentos a base de soja.

En productos precipitados, los inhibidores de enzimas se concentran en el líquido que remoja más bien que en la cuajada. Por eso, en el tofú y la cuajada de frijol, los debilitadores del crecimiento se reducen en cantidad, pero no son eliminados por completo.

Isoflavonas de Soja. Afectan el equilibrio hormonal del organismo. La soja también contiene bociógenos, sustancias que debilitan la función de la tiroides. Hay abundante evidencia de que algunas isoflavonas, incluyendo la genisteína, son tóxicas. Además, las isoflavonas son inhibidoras de la peroxidasa tiroidea, que fabrica las T3 y T4. Puede esperarse que la inhibición genere anormalidades tiroideas, incluyendo el bocio y la tiroiditis autoinmune

Además, gran porcentaje de la Soja (Soya) modificada genéticamente (transgénica) tiene uno de los más altos índices de contaminación por pesticidas.

La propaganda que ha creado el milagro de las ventas de soja es tanto más notable cuanto que, hace sólo algunas décadas, el frijol soja era considerado no apto como alimento, ni siquiera en Asia.

La Soja y el Cáncer

Fue un metaanálisis de 1994, efectuado por Mark Messina, y publicado en Nutrición y Cáncer, lo que avivó la especulación sobre las propiedades anticarcinógenas de la soja. Messina observó que, de 26 estudios sobre animales, 65 por ciento informaron efectos protectores de la soja. Convenientemente, se olvidó de incluir por lo menos un estudio en el cual la alimentación con soja causó cáncer del páncreas, a saber, el estudio que llevó a cabo Rackis en 1985. En los estudios humanos que él listó, los resultados fueron mixtos.

Algunos de estos estudios mostraban algún efecto protector, pero la mayoría no mostraron en absoluto ninguna correlación entre el consumo de soja y la tasa de cáncer. Rackis llegó a la conclusión de que «los datos en esta revisión no pueden usarse como base para afirmar que la ingesta de soja disminuye el riesgo de cáncer». Pero, en su libro subsiguiente, «The Simple Soybean and Your Health» (El Sencillo Frijol Soja y Su Salud), Messina hace justamente esta afirmación, recomendando una taza de 230 gramos de productos de soja por día en su dieta «óptima» como medio de evitar el cáncer.

Miles de mujeres están ahora consumiendo soja en la creencia de que ésta les protege contra el cáncer del seno. Pero, en 1996, los investigadores descubrieron que las mujeres que consumían aislado de proteína de soja tenían una tasa mayor de hiperplasia epitelial, una condición que presagia el cáncer maligno. Un año más tarde, se encontró que la genisteína de dieta estimulaba las células mamarias para entrar al ciclo celular, un descubrimiento que llevó a los autores del estudio a llegar a la conclusión de que las mujeres no deben consumir productos de soja para evitar el cáncer del seno.

Fitoestrógenos: ¿Panacea o Veneno?

El macho de las aves tropicales tiene, cuando nace, el plumaje pardo de la hembra, y se «colorean» a la madurez, lo cual ocurre entre los nueve y los 24 meses.

En 1991, Richard y Valerie James, criadores de aves de Whangerai, Nueva Zelanda, compraron una nueva clase de alpiste para sus aves, basado mayormente en proteína de soja. Cuando se usó alpiste con base de soya, el plumaje de las aves se «coloreó» después de sólo unos meses. En realidad, un fabricante de alpiste afirmó que este desarrollo adelantado era una ventaja impartida por el alpiste.

Un anuncio de 1992 de la fórmula del alpiste Roudybush mostraba a un rosela carmesí macho, un loro australiano que adquiere su hermoso plumaje rojo entre los 18 y los 24 meses, y que ya aparece coloreado a las 11 semanas.

Desafortunadamente, en los años subsiguientes, hubo una menor fertilidad en las aves, con madurez precoz, y pichones deformes, atrofiados, y prematuros, y muertes prematuras, especialmente entre las hembras, con el resultado de que la población total en los aviarios entró en franca declinación.

Las aves sufrían de deformidades del pico y de los huesos, bocio, desórdenes del sistema inmunológico, y conducta patológica, agresiva. La autopsia reveló que los órganos digestivos estaban en estado de desintegración. La lista de problemas correspondía a muchos de los que los James habían encontrado en sus dos hijos, a los cuales se les había dado fórmula para bebés con base de soja.

Alarmados, horrorizados, furiosos, los James contrataron al toxicólogo Mike Fitzpatrick, Ph. D., para que investigara más. La literatura del Dr. Fitzpatrick en forma de una revista reveló evidencia de que el consumo de soja está ligado a numerosos desórdenes, que incluyen infertilidad, mayor tasa de cáncer y leucemia infantil; y, en estudios que databan de la década de 1950, que la genisteína en la soja causa trastornos endocrinos en animales.

A pesar de que el articulo del doctor Guerrini tiene unos años, es de absoluta actualidad, al manifestar:

Es muy serio el engaño que cometen millones de personas que se alimentan de manera equivocada, pensando que comen alimentos ‘ideales» para la salud, cuando en realidad comen lo peor que existe. Como ejemplo el caso de la soja. Actualmente, hasta los mismos órganismos del gobierno, promocionan la utilización de poroto de soja, leche de soja, harina de soja, proteína texturizada de soja, milanesa de soja como «alimentos ideales».

El doctor Guerrini hace la siguiente pregunta ¿Porqué será que los pueblos del extremo Oriente que hace más de 3.000 años que consumen soja, la utilizan en forma de porotos de soja cocinados, apenas una o dos veces por año?

¿Y por qué razón tradicionalmente, en Oriente, se recomienda que la soja (soya), al ser consumida en forma de poroto cocido, sea preparada juntamente con alimentos ricos en sodio u otras sales minerales alcalinizadoras, que se encuentran en el alga kombu o en la cabeza del salmón.

Para obtener la respuesta es necesario un análisis bioquímico de la soja. El resultado es que la soja al natural, molida o cocinada es de una extrema acidez; por esto se acostumbra, en Oriente, a cocinarla con otros alimentos alcalinizadores. Todos conocen los efectos de la acidez en la sangre.

Los alimentos de digestión reconocidamente dificultosa y los alimentos ácidos como la soja, tienen una tasa de Na/K totalmente desproporcionada, pues en 100grs. de leche de soja en polvo, existen 3mg de sodio para 1680 mgrs. de potasio, o sea una proporción de Na/K de 1/560. El arroz integral tiene una proporción semejante ala de nuestra sangre; después de ser cocido, posee una proporción de Na/K de 1/7.

Soja o Soya ‘Responsable’: Confundiendo a los consumidores

Casi toda la carne no orgánica, huevos y lácteos que venden los supermercados proceden de animales alimentados con Soja o Soya genéticamente modificada o transgénica. Es importante que usted lo sepa, pues esto no se informa en las etiquetas. Aún peor, esta soja pronto empezará a ser etiquetada como “responsable”.

El sello ha sido desarrollado por la Mesa Redonda de Soja Responsable (RTRS por sus siglas en inglés). La RTRS está formada principalmente por compañías que tienen grandes intereses en la expansión de la industria de la soja. El espectro comprende desde productores de soja, comerciantes de granos hasta los sectores de la biotecnología, pesticidas, alimentación animal y productores de aceite. Incluye por ejemplo a las empresas BP, Shell, Cargill, Bayer, Syngenta y Monsanto. Algunas pocas ONGs también están a bordo, notablemente el Fondo Mundial Para la Naturaleza (World Wildlife Fund WWF).

El sello de la soja “responsable” no reducirá el uso masivo de pesticidas que está envenenando poblaciones y medio ambiente en Sudamérica. No detendrá los conflictos por la tierra. Ni siquiera detendrá la deforestación. Y definitivamente no reducirá las importaciones de soja. Pero creará un sello “verde” para cultivos genéticamente modificados. Por primera vez, un cultivo genéticamente modificado, diseñado para ser fumigado con cantidades masivas de pesticidas, será certificado como “responsable”.

Por eso, organizaciones ambientales, sociales y consumidores debemos oponernos fuertemente a los intentos de RTRS de maquillar de verde la soja. Solicitamos claridad en el etiquetado de los alimentos. Hasta no tener una solución nosotros debemos continuar informándonos de forma responsable. Elegir y consumir dentro de lo posible alimentos 100% orgánicos y especialmente todos aquellos que nos permiten aumentar las defensas del organismo y del sistema inmunológico de forma natural.

Más información acerca las contraindicaciones de la Soja o Soya transgénica:
Fuentes de Referencias
Efectos secundarios del consumo de Soja (Soya)
La Soja y el Cáncer
La Soja (Soya) en alimentos para niños.
El Peligro de los alimentos para niños con Soja (Soya) transgénica
Lista de alimentos transgénicos en Chile

Recorremos, con Jung como Virgilio, el mundo sublunar del inconsciente para intentar comprender el substrato arquetípico de nuestra mente: los instintos psíquicos y las imágenes primordiales que se repiten en nosotros.
Que la historia –de la humanidad y del universo– influye en nosotros puede comprobarse con tan sólo mirar, y se dice más fácil de lo que se hace, la profundiad de la mente humana. Existe en nuestro inconsciente un substrato in-formativo estructural que transmite en nosotros una serie de patrones que trascienden nuestra experiencia personal. Estos son los arquetipos, remanentes arcaicos que Carl Jung describió como “imágenes primordiales”. No entramos al mundo con unatabula rasa; de igual manera que nuestra biología conserva las huellas instintivas de nuestra evolución –coexiste todo el reino animal dentro de nosotros– también nuestra psique conserva los rasgos de nuestra evolución mental. Así en nosotros se repiten ancestrales imágenes: el héroe, la diosa madre, el viejo sabio, etc., y motivos como el Apocalipsis, el Diluvio, la Creación, etc.
“El arquetipo es una tendencia a formar tales representaciones de un motivo –representaciones que pueden variar mucho en el detalle sin perder un patrón básico… Son de hecho una tendencia instintiva”, escribe Jung enEl hombre y sus símbolos. “Es esencial insistir que no son meros conceptos filosóficos. Son pedazos de la vida misma –imágenes que están integralmente conectadas al individuo a través del puente de las emociones”.
La importancia de explorar el mar casi infinito del inconsciente no es menor. Seamos conscientes o no de los arquetipos, de cualquier forma los vivimos –como si fueramos avatares de una tendencia psíquica meta-histórica que se representa en símbolos encarnados–; pero el no ser conscientes hace que los padezcamos y que no logremos madurar nuestra personalidad para así individuarnos: la plenitud de lo que somos. Los arquetipos cumplen la función de una iniciación, un rito de paso en nuestra psique hacia un nuevo estadio que quizás permitiría resolver una cuita que nos persigue desde el albor de la humanidad.
“Sólo es posible vivir la vida a su máxima expresión cuando estamos en armonía con estos símbolos; la sabiduría es un retorno a ellos. Esto connota que cuando una persona logra hacer las paces con los arquetipos que yacen dentro de ella puede empezar a vivir una vida más pacífica”, reitera Jung. ” Todas las ideas más poderosas de la historia regresan a los arquetipos. Esto es particularmente cierto de las ideas religiosas, pero los conceptos centrales de la ciencia, filosofía y ética no son excepciones a esta regla. En su forma presente son variantes de ideas creadas adaptando y aplicando conscientemente estas ideas a la realidad. Puesto que es la función de la conciencia, no sólo reconocer y asimilar el mundo externo a través del umbral de los sentidos, sino traducir a la realidad visible el mundo que yace en nuestro interior”.
La comprensión arquetípica también nos permite entrar en contacto con una dimensión universal, conectarse con la fuente, por así decirlo. Una especie de proyector holográfico en el útero del mundo: “Para los alquimistas [los arquetipos] eran semillas de luz transmitidas en el caos.. el proyecto germinal de un mundo por venir… Uno tendría que concluir a partir de estas visiones alquímicas que estos arquetipos tienen cierto resplandor, o cuasi-conciencia, y esa numinosidad contiene luminosidad”, dice Jung, entre cuyas aportaciones yace el ligar los mismos procesos de transmutación de la materia encontrados en la alquimia a procesos psíquicos.
Podemos pasar buena parte de nuestra existencia enfrascados viviendo un arquetipo –como si fueramos una carta del Tarot– y no seguir el curso de nuestra evolución psíquica, arribando a los “arcanos mayores”. Si queremos acceder a estas dimensiones superiores, al héroe solar, al amor de la Diosa, a la sublimación del mago, debemos de atravesar también la oscuridad, la sombra psíquica del pasado colectivo. Debemos de mirar hacia abajo como el hombre colgado, como el loco debemos de atrevesar el bosque solitario y morir simbólicamente, para renacer en el mar pulsante cuya potencia es ilimitada. Estamos dentro de una rueda de la fortuna, pero si somos conscientes de los arquetipos –los motores que hacen girar la rueda, el software de fábrica– tendremos al Hado de nuestro lado.
Twitter del autor: @alepholo

Cada año, la revista digital Edge, supuestamente el sitio más inteligente del mundo, le pregunta a los mejores científicos, tecnólogos, escritores y académicos que respondan una pregunta. La pregunta de este año fue: “¿Por qué debemos estar preocupados?” y la idea era identificar los nuevos problemas en la ciencia, tecnología y cultura que no han sido ampliamente reconocidos.

Entre los entrevistados de este año están los expresidentes de la Royal Society, premios Nobel, autores de ciencia ficción, Nassem Nicholas Taleb, Brian Eno y una bola de físicos teóricos, psicólogos y biólogos. Y la lista es larga. Todo un libro. Hay unas 130 cosas que preocupan a 151 de los más grandes cerebros del planeta. Y las leí, para que tú no tuvieras que hacerlo: esta es la versión comprimida con la cita, título o resumen de la fobia en cada ensayo. Si necesitas, puedes leerlo todo aquí.

¿Qué es lo que mantiene a los cerebritos del mundo despiertos por las noches?

1. La proliferación de la eugenesia china. – Geoffrey Miller, psicólogo evolutivo

2. La teoría del cisne negro, y el hecho de que seguimos dependiendo de modelos que se ha demostrado son fraudulentos. – Nassem Nicholas Taleb

3. Que no podremos derrotar viruses aprendiendo a empujarlos más allá del umbral de error. – William McEwan, investigador de biología molecular

4. Que la pseudociencia siga ganando terreno. – Helena Cronin, escritora, filósofa

5. Que la aceleración de la tecnología nos abrumara con oportunidades para preocuparnos. – Dan Sperber, científico social y cognitivo

6. Verdaderos eventos apocalípticos. El creciente número de eventos con baja probabilidad que podrían llevar a una completa devastación de la sociedad humana. – Martin Rees, ex presidente de la Royal Society

7. La decreciente cobertura científica en los periódicos. – Barbara Strauch, editora de ciencia para el New York Times.

8. Estrellas que explotan, el eventual colapso del sol, y los problemas con la identidad humana que no nos permiten lidiar con esto. – John Tooby, fundador del campo de la psicología evolutiva

9. Que el internet está arruinando la escritura. – David Gelernter, científico computacional de Yale

10. Que las personas inteligentes como aquellas que contribuyen a Edge, no hagan política. –Brian Eno, músico

11. Que habrá otra crisis financiera de proporciones épicas. –Seth Lloyd, profesor de mecánica cuántica ingenieril en MIT

12. Que los buscadores se convertirán en árbitros de la verdad. – W. Daniel Hillis, físico

13. La escasez de parejas deseables es algo que nos debe preocupar, pues “está detrás de la traición y brutalidad humana”. – David M. Buss, profesor de psicología en la U de Texas

14. “Me preocupa que nuestra tecnología ayude a llevar ese largo consenso de la posguerra contra el fascismo a su fin.” – David Bodanis, escritor, futurista

15. Que ciertas malas palabras seguirán siendo tabú. – Benhamin Bergen, Profesor asociado de ciencia cognitiva en UCS

16. Privación de datos. –David Rowan, editor, Wired UK

17. Que las tecnologías digitales están acabando con nuestra paciencia y cambiando nuestra percepción del tiempo. – Nicholas G. Carr, escritor

18. Una “bomba de despoblamiento.” – Kevin Kelly, editor, Wired.

19. Que se acabe el financiamiento de grandes experimentos, y estos ya no ocurran. – Lisa Randall, física de Harvard

20. “Me preocupa que conforme el poder para resolver problemas de nuestras tecnologías aumenta, nuestra habilidad para distinguir entre problemas importantes, triviales o incluso inexistentes, se deteriora”. – Evgeny Morozov, editora colaboradora, Foreign Policy

21. No mucho. Manejo una motocicleta sin casco. – J. Craig Venter, científico genómico

22. La catarsis es una alegría que trasciende… ¿puedes repetir la pregunta? – Andrian Kreye, editor, el Daily Newspaper en Alemania

23. Ya dejé de hacer preguntas. Sólo floto en un tsunami de aceptación de lo que sea que la vida me arroje… y me maravillo como estúpido. (respuesta completa) –Terry Gilliam

24. Deberíamos preocuparnos por la nueva era el Antropoceno; no sólo como fenómeno geológico, sino también como marco cultural. –Jennifer Jacquet, profesora asistente de estudios ambientales en NYU

25. Extinción cultural, y el hecho de que los trabajos de un escritor oscuro del Caribe no reciban suficiente atención. –Hans Ulrich Obrist. curador, Galería Serptine

26. El peligro de inadvertidamente alabar arcos cigomáticos. –Robert Sopolsky, neurólogo.
27. Que dejemos de morir. –Kate Jeffery, profesor de neurociencia del comportamiento

28. Que hay una infinidad de universos allá afuera, pero sólo podamos estudiar en el que vivimos. – Lawrence M. Krauss, físico/cosmólogo

29. El auge del anti-intelectualismo y el fin del progreso. “Ahora, por primera vez, tenemos una sola civilización global. Si fracasa, fracasamos todos juntos”. –Tim O’Reilly, presidente y fundador de O’Reilly Media

30. Deberíamos preocuparnos por varios Estados “modernos” que, en términos prácticos, están forjados por el crimen. Estados cuyas leyes se promulgan por criminales y, aun peor, se legitiman a través de una democracia formal y “legal”. – Eduardo Salcedo, filósofo colombiano

31. No debería preocupar que tanta de nuestra ciencia y tecnología todavía use sólo cinco modelos de probabilidad—a pesar de que existen más modelos de probabilidad que números reales. –Bart Kosko, científico informático

32. Es posible que seamos una extrañas y efímeras manchas conscientes en un desierto cósmico de insensibilidad, los únicos testigos de sus maravillas. También es posible que vivamos en un mar universal de conciencia, rodeados de éxtasis y conflictos susceptibles a nuestra influencia. Como los seres sensibles que somos, las dos posibilidades deben preocuparnos. – Timo Hannay, publicista

33. Hombres. – Helen Fisher, antropóloga biológica

34. El efecto de los medios sociales sobre los textos científicos. – Michael I. Norton, profesor de la escuela de negocios de Harvard

35. La arrogancia absoluta  de la humanidad. – Jessica L. Tracy, profesora de psicología

36. Que la tecnología pueda poner en peligro la democracia. – Haim Harari, físico

37. No te preocupes, no habrá una singularidad. – Bruce Sterling, escritor de ciencia ficción
38. Destrucción mutuamente asegurada. –Vernor Vinge, matemático, computólogo, escritor

39. La desviación del esfuerzo intelectual de la innovación a la explotación, la distracción de las guerras constantes, el auge del fundamentalismo podrían generar una época de oscurantismo. – Frank Wilczek, físico de MIT

40. Necesitamos instituciones y normas culturales que nos hagan mejor de lo que somos. Me parece que nuestro más grande reto es construirlas. – Sam Harris, neurocientífico

41. “Me preocupa que realmente no entendamos los fenómenos cuánticos” – Lee Smolin, físico

42. Los estadunidenses están homogeneizando y exportando sus opiniones de una mente normal a todo el mundo. – P. Murali Doraiswamy, profesor de psiquiatría

43. El futuro de las publicaciones científicas. –Marco Iacoboni, neurocientífico

44. Que la nueva esfera pública digital no sea tan pública. – Andrew Lih, profesor de periodismo

45. Propongo que deberíamos estar preocupados no sólo por un problema, sino por todos los problemasposibles”. – Richard Foreman, dramaturgo y director

46. Estrés. – Arianna Huffington, agregacionista extraordinaria

47. Nos debería preocupar que la ciencia no nos haya hecho entender mejor el cáncer. – Xeni Jardin, Boing Boing

48. Que perdamos contacto, literalmente, con el mundo físico. – Christine Finn, arqueóloga.
49. Debería preocuparnos el increíble abismo psicológico que separa a la humanidad de la naturaleza – Scott Sampson, paleontólogo.

50. Que nos estemos volviendo tan conectados. – Gino Segre, profesor de física y astronomía

51. Que nos preocupemos demasiado. – Joseph LeDoux, neurocientífico

52. Me preocupa que estamos cada vez más inmersos en sistemas incompetentes, es decir, sistemas que exhiben un comportamiento patológico pero que no se pueden arreglar. – John Naughton, editor de Edge

53. Demasiado acoplamiento. – Steven Strogatz, profesor de matemáticas aplicadas, Cornell

54. Que el internet termine beneficiando a las estructuras actuales de poder y no a la sociedad en general. – Bruce Schneier, tecnólogo de seguridad

55. Que el tema de este año para Edge haya sido tan pobre. – Kai Krause, pionero en software

56. Que veremos el fin de la ciencia fundamental. – Mario Livio, astrofísico

57. La paradoja del progreso material. – Rolf Dobelli, periodista y escritor

58. Que seremos como ratas atrapadas en una trampa de mármol azul. –Gregory Benford, profesor de física y astronomía

59. Que la humanidad dejará de perseguir una cuidadosa observación. –Ursula Martin, computóloga

60. Lo que me preocupa es el “envejecimiento” de la población global, la cual está distribuida de forma no uniforme, pero generalizada, en el mundo. – David Berreby, periodista y escritor

61. Debería preocuparnos la creciente dominancia de la Cuarta Cultura [pop] y como podría afectarnos a todos, directa o indirectamente. – Bruce Parker, profesor

62. La lucha entre ingenieros y druidas. – Paul Saffo, analista tecnológico

63. Como alguien comprometido con la muerte de nuestro sistema solar y la entropía del universo, creo que al final la pregunta de lo que nos debe preocupar es irrelevante. – Bruce Hood
64. Una escasez de agua. – Giulio Boccaletti, físico

65. Que estamos inarticuladamente perdidos en la Modernidad. Muchos de nosotros presentimos el fin del algo, quizá una insignificancia futil en nuestra Modernidad. – Stuart A. Kauffman, profesor de ciencias biológicas, física y astronomía

66. Me preocupa la oportunidad perdida de negarle a los adolescentes del mundo el acceso a la educación. – Sarah-Jayne Blakemore

67. Realidad aumentada. – William Poundstone, periodista.

68. Que tanta información y los nuevos medios implicarán el fin de los hechos. –Victoria Stodden, profesor de estadística

69. Que pasaremos demasiado tiempo en los medios sociales. –Marcel Kinsbourne, neurólogo

70. Que la idiocracia nos amenace. –Douglas T. Kenrick, profesor de psicología

71. Que la separación entre las noticias y el entendimiento sea cada vez mayor. –Gavin Schmidt, climatólogo de la NASA

72. Me preocupa que no hemos tenido una conversación sobre lo que parece ser una “nueva normalidad” sobre la presencia de pantallas en el salón de juegos y en el kinder. – Sherry Turkle, psicóloga, MIT

73. Que nos volveremos irracionalmente impacientes con la ciencia. –Stuart Firestein, profesor que trabaja tan duro como puedo, carajo

74. Que nos emocionemos demasiado con la idea del viaje interestelar, porque no va a suceder. –Ed Regis, escritor de ciencia

75. Que la cooperación mundial fracase y no sepamos por qué. –Daniel Haun

76. Que nos preocupemos demasiado. –Joel Gold, psiquiatra

77. Me preocupa cada vez más lo que ocurrirá con las generaciones de niños que no tendrán ese regalo tan único de una niñez prolongada, protegida y estable. – Alison Gopnik
78. Que la biología sintética se saldrá de control. – Seirian Summer, orador en biología del comportamiento

79. La muerte de las matemáticas. – Keith Devlin, matemático

80. Que dejemos demasiados trabajos a las máquinas. – Susan Blackmore, psicóloga

81. Deberían preocuparnos los sitios en línea. Nos vuelven estúpidos y hostiles. –Larry Sanger, cofundador de Wikipedia

82. Que nos preocupemos demasiado. –Gary Klein, científico de MacroCognition

83. Que la especie humana pierda el deseo de sobrevivir. –Dave Winer, pionero de blog y el RSS

84. El exceso de testosterona producido por una brecha sexual en China. –Robert Kurzban, psicóloga

85. Una preocupación que todavía no está en la agenda cultural o científica son los derechos de privacidad de los datos neuronales –Melanie Swan, pensador a nivel de sistemas, futurista

86. Armagedón. – Timothy Taylor, arqueólogo

87. No hay de qué preocuparse, a pesar de que el LHC no ha revelado nuevos descubrimientos. – Amanda Gefter, editor

88. “Lo que más me preocupa es que cada vez perdemos más puentes formales e informales entre los distintos acercamientos intelectuales, mentales y humanísticos para ver el mundo.” – AntonZeilinger, físico

89. Que nos preocupemos demasiado. –Donald D. Hoffman, científico cognitivo

90. La creciente brecha entre la élite científica y la vasta mayoría de personas “científicamente discapacitados”. – Leo M. Chalupa, oftalmólogo y neurobiólogo

91. Me preocupa la idea de una amnesia colectiva. – Nogra Arikha, historiador de ideas

92. Que nos preocupemos demasiado. – Brian Knutson, profesor asociado de psicología

93. Que no entendamos la dinámica dela cultura global emergente. – Kirsten Bomblies, asistente de profesor en biología evolutiva y de organismos
94. Deberíamos preocuparnos por perder el deseo como eje para la reproducción de nuestra especie. – Tor Norretranders, escritor de ciencia

95. Que nos preocupamos demasiado, pero por la violencia ficticia. – Jonathan Gottschall, profesor de inglés

96. Deberían preocuparnos las consecuencias de nuestro conocimiento sobre la causa de las enfermedades, y sus consecuencias para la libertad humana. –Esther Dyson, Catalyst, Information Tech Startups

97. La muerte natural. – Antony Garrett Lisi, físico teórico

98. Lo que me preocupa es que el debate sobre las diferencias de género siga polarizando la idea de lo innato contra lo adquirido, y que algunas ciencias sociales y humanidades quieran asegurar que la biología no juega ningún papel, ignorantes de la evidencia científica en su contra. – Simon Baron-Cohen, psicólogo

99. El fin del académico. – Daniel L. Everett, investigador en lingüística

100. La inevitable intrusión de las fuerzas sociopolíticas en la ciencia. –Nicholas A Christakis, físico

101. Me preocupa quienes termine siendo los jugadores en el juego de la ciencia; y quienes queden fuera. – Stephon H. Alexander, físico

102. El hecho de que tantas personas elijan vivir de forma que limiten la comunidad del destino a una serie muy limitada de otros y que definan al resto como una amenaza a su forma de vida y valores es muy preocupante porque esta forma contemporánea de tribalismo, y las ideologías que lo respaldan, les permite negar interdependencias (locales, nacionales e internacionales) y eludir su propio papel para crear amenazas a largo plazo contra su propio bienestar y el de otros. – Margaret Levi, politólogo

103, 104. Que no podremos facilitar sinergias efectivas. –Stephen M. Kosslyn, Robin S. Rosenberg, psicólogos y fans de la sinergia

105. No me preocupa que una súper IA domine el mundo. – Andy Clark, filósofo y científico cognitivo

106. La geografía post humana que existirá cuando los robots se hayan adueñado de todos nuestros trabajos. – David Dalrymple, investigador del MIT
107. Que los alienígenas sean un peligro para la civilización. – Seth Shostak, SETI astrónomo

108. Que se ignore el papel de los microorganismos en el cáncer durante las actuales estrategias de secuenciación utilizadas por la comunidad médica. – Azra Raza, médico

109. Que la intuición moral y social de la humanidad obstaculice el proceso tecnológico. – David Pizarro, psicólogo

110. La ilusión de conocimiento y entendimiento que puede resultar de disponer de información tan fácilmente. – Tania Lombrozo, asistente de profesor en psicología

111. El fin de la inoculación contra las dificultades. – Adam Alter, psicólogo

112. El número explosivo de drogas ilegales. – Thomas Metzinger, filósofo

113. Superstición. – Matt Ridley, escritor de ciencia

114. Que las instituciones históricamente atrincheradas impidan el progreso tecnológico. – Paul Kedrosky, editor

115. Que en una o dos generaciones, los niños se convertirán en adultos que no podrán distinguir entre los real y lo imaginario. – Mihaly Csikszentmihalyi, psicólogo

116. Que nos preocupemos demasiado. –Virginia Heffernan, corresponsal de Yahoo Noticias

117. Debería preocuparnos nuestra forma de buscar esa sabiduría que nos permita navegar por los avances, conforme mejoramos nuestra habilidad para imprimir tejido humano, producir cerebros sintéticos, hacer que los robots cuiden de nuestros ancianos, permitir que internet eduque a nuestros niños. – Luca De Biase, periodista

118. Que la genómica nos falle en cuanto a los trastornos mentales. –Terrence J. Sejnowski, neurocientífico computacional

119. Lo que no me deja dormir por las noches es que tengamos una crisis con las bases más fundamentales de la física. La única salida parece involucrar una revisión profunda de los principios físicos fundamentales. – Steve Giddings, físico teórico

120. El aspecto que más me preocupa de nuestra sociedad es el bajo índice de sospecha que tenemos del comportamiento de las personas normales. – Karl Sabbagh, escritor, productor de TV

121. A muchas personas les preocupa que no haya suficiente democracia en el mundo; a mí me preocupa que nunca lleguemos más allá de la democracia. – Dylan Evans, presidente de Projection Point

122. No el crecimiento poblacional, sino el crecimiento de la prosperidad; la idea de que todo el mundo consuma sus recursos como los estadunidenses y los occidentales. – Laurence C. Smith, profesor de geografía

123. Que empecemos a tratar la tecnología como magia. – Neil Gershenfeld, físico en MIT

124. El auge de la inestabilidad genómica. – Eric J. Topol, M.D., profesor de genómica

125. Que las autoridades y compañías puedan leer la mente de las personas. – Stanislas Dehaene, neurocientífico

126. Que se detenga el crecimiento económico. – Satyajit Das, experto financiero

127. Me preocupa que la imaginación esté sobrevaluada y creo que esto conlleva riesgos. – Carlo Rovelli, físico teórico

128. Que nos preocupemos demasiado. –James J. O’Donnell, erudito

129. Que nos preocupemos demasiado. –Robert Provine, neurocientífico

130. Que no tendremos robots suficientes para hacer todos los trabajos que necesitaremos que hagan en las siguientes décadas. –Rodney A. Brooks, robótico

131. Que no tendremos un Plan B cuando el internet se caiga. –George Dyson, historiador científico

132. La singularidad. Que “somos curiosamente complacientes con la idea de que la vida como la conocemos se transforme. No debería preocupar que no estemos preocupados.” –Max Tegmark, físico en MIT

133. “Hay datos conocidos e incógnitas conocidas, pero lo que más nos debería preocupar son las incógnitas desconocidas.” –Gary Marcus, científico cognitivo

134. Que el cerebro no pueda concebir nuestros más graves problemas. –Daniel Goleman, psicólogo

135. “Debería preocuparnos que los científicos se hayan dado por vencidos en su búsqueda por determinar el bien y el mal, y que valores hará florecer a la humanidad, cuando las herramientas investigativas están apareciendo en línea” –Michael Shermer, publicista, revista Skeptic

136. La pérdida de nuestra cognitividad y conciencia colectiva. –Douglass Rushkoff, analista de medios

137. La caída del héroe científico. –Roger Highfield, Director, Science Museum Group

138. Que no podamos identificar la “buena vida.” – David Christian, historiador

139. Tatuajes eléctricos en Facebook y más. – Juan Enriquez

140. La captura regulatoria federal —es decir, cuando el zorro supervisa el corral en industrias como el petróleo y la extracción de carbón. – Charles Seife, profesor de periodismo

141. La precaria incapacidad de la sociedad para razonar sobre la incertidumbre. –Aubrey De Grey, gerontólogo

142. Que el conocimiento esté avanzando demasiado rápido. – Nicholas Humphrey, profesor de la Escuela de Economía de Londres

143. La “pesadilla” de la física fundamental. Peter Woit, físico-matemático
144. La homogenización de la experiencia humana. – Scott Atran, antropólogo

145. Que no podremos entenderlo todo. – Clifford Pickover, escritor de matemáticas

146. Que nos preocupemos demasiado, y “empaquetemos nuestras preocupaciones” de una manera perjudicial. – Mary Catherine Bateson, profesora emérita

147. Que como consecuencia del cambio climático, la escasez de recursos, los drones, y otras razones no anticipadas, estalle una gran guerra. – Steven Pinker, psicólogo

148. La estupidez. – Roger Schank, psicólogo

149. Ya dejé de preocuparme por el problema del libre albedrío, porque nunca quedará resuelto. – Howard Gardner, profesor de cognición y educación

150. Que la ciencia esté en peligro de convertirse en el enemigo de la humanidad. – Colin Tudge, biólogo, editor de New Scientist

151. Que no podremos vivir sin internet. – Daniel C. Dennet, filósofo

http://ar.noticias.yahoo.com/las-150-cosas-a-las-que-le-tienen-miedo-las-personas-m%C3%A1s-inteligentes-del-mundo-180657304.html

Nombresmaspuestos

 

Interesante artículo de Alejandro Jodorowsky, escritor y psicoterapeuta, sobre las cargas con los nombres que llevamos. Tema interesante que abarca las Constelaciones Familiares. Para su reflexión.

Cuando bautizamos a un hijo debemos saber que junto con el nombre le pasamos una identidad. Evitemos por tanto los nombres de los antepasados, de antiguos novios o novias, de personajes históricos o novelescos. Los nombres que recibimos son como contratos inconscientes que limitan nuestra libertad y que condicionan nuestra vida. Un nombre repetido es como un contrato al que le hacemos una fotocopia, cuando en el árbol genealógico hay muchas fotocopias el nombre pierde fuerza y queda devaluado. Según Alejandro Jodorowsky, el nombre tiene un impacto muy potente sobre la mente. Puede ser un fuerte identificador simbólico de la personalidad, un talismán o una prisión que nos impide ser y crecer.

Ya hemos comentado en otro artículo que en los árboles narcisistas cada generación repite los mismos nombres de sus ancestros y con ello se repiten los destinos. ¿Atraen ciertos barrios a personas cuyo estado emocional corresponde al significado oculto de esos nombres? Dice Alejandro Jodorowsky que en Santiago de Chile vivió en La plaza Diego de Almagro, un lugar que él sintió como oscuro y triste. Resulta posible pensar que ese lugar era el reflejo de su interior en aquel momento de su vida. Diego de Almagro fue un conquistador frustrado. Por engañosos consejos de su cómplice Pizarro, partió de Cuzco hacia las tierras inexploradas del Sur creyendo encontrar templos con tesoros fabulosos. Después de muchas calamidades volvió como alma en pena a Cuzco, donde su traidor socio, no queriendo compartir las riquezas robadas a los incas, lo hizo ejecutar.

Podríamos dedicar unos minutos a observar el lugar donde vivimos: en la calle de un poeta, de una santa benefactora, de un descubridor o tal vez en la de un general asesino. Nada es casual, el mundo es como un espejo que nos refleja, cada vez que realizamos una mutación interior también cambia nuestro exterior, son señales del Universo a veces. ¿Podríamos decir que los nombres tienen una especie de frecuencia que sintoniza con ciertos receptores? ¿Qué tipo de receptores? Inconscientemente nos sentimos atraídos por cientos nombres que reflejen lo que somos (a veces son exactos y otras veces están ocultos detrás de máscaras, sólo hay similitudes léxicas o fonéticas): Nuestra parte sana y positiva es un receptor que sintoniza con ciertos nombres, porque nos hacen gozar y sentirnos seguros.

Nuestra parte enferma y negativa es otro receptor que sintoniza nombres determinados, porque hay una intención supraconsciente de resolver el conflicto. Reflexionemos de nuevo en los nombres de lo que hemos atraído a nuestro mundo: -El nombre de nuestra empresa, centro de trabajo, escuela… -El nombre de nuestra pareja, amigos, jefes, profesores… – Personas que se cruzan en nuestro camino por “accidente” y se llaman exactamente igual que nuestro padre (o madre, hermano…) ¿Hay una programación inscrita en nuestro nombre y apellidos? Según nos cuenta Alejandro Jodorowsky, tanto el nombre como los apellidos encierran programas mentales que son como semillas, de ellos pueden surgir árboles frutales o plantas venenosas. En el árbol genealógico los nombres repetidos son vehículos de dramas.

Es peligroso nacer después de un hermano muerto y recibir el nombre del desaparecido. Eso nos condena a ser el otro, nunca nosotros mismos. Cuando una hija lleva el nombre de una antigua novia de su padre, se ve condenada a ser “la novia de papá” durante toda su vida. Un tío o una tía que se suicidaron convierten su nombre, durante varias generaciones, en vehículo de depresiones. A veces es necesario, para detener esas repeticiones que crean destinos adversos, cambiarse el nombre.

El nuevo nombre puede ofrecernos una nueva vida. En forma intuitiva así lo comprendieron la mayoría de los poetas chilenos, todos ellos llegados a la fama con seudónimos. ¿Hay ejemplos que nos permitan comprender la importancia del nombre? Nuestro nombre nos tiene atrapados, ahí está nuestra “individualidad” -Barrick Gold (oro en inglés es gold) se convirtió en el mayor productor de oro del mundo. -Brontis “voz de trueno” se dedica al mundo del teatro con una potente voz… -Maria, Inmaculada, Consuelo se asocian a la pureza, la virginidad, nombres que exigen perfección absoluta, que nos limitan -Miguel Ángel, Rafael, Gabriel, los nombres de ángeles dan problemas con la encarnación -César, poderoso y asociado a la ambición ¿Cómo sé si el nombre que he recibido me perjudica? Estudiar los nombres del árbol genealógico es igual que acceder al inconsciente.

En los nombres encontramos secretos. Es importante ver cómo funciona el nombre que nos dieron. Algunas cuestiones: -Lo primero es saber la persona que nos nombró. ¿Papá?, ¿mamá?, ¿abuelo?, ¿la hermana?, ¿el padrino?… El que nombra, toma poder sobre lo nombrado y no es lo mismo llamarme Micaela por mi abuela paterna, si el nombre se le ocurrió a mi padre para repetir el nudo incestuoso, o por mi madre, para ser aceptada en la familia de mi padre, dándole una hija-clon de su suegra.

-¿De pequeño/a me gustaba mi nombre o me hubiese gustado llamarme de otra manera? Los niños tienen una intuición especial y una fresca desinhibición que les permiten rechazar de pleno lo que les contamina. -Investigar de donde viene nuestro nombre: *Si es de algún familiar, es bueno analizar su destino y los caminos que recorrió en su vida, porque probablemente venimos a repetirlos. Llamarse René después de un hermano muerto, es cargar con él toda la vida.

*Si es de alguien significativo para quién nos nombró, nos caerá la carga de darle a éste lo que el otro no le dio.

*Si es de algún personaje histórico, novelesco, as del fútbol o princesa de Mónaco, viviremos frustrados y fracasados si no seguimos el guión.

*Si es por algo material, adquiriremos las propiedades de ese elemento. Por ejemplo, “si me llamo por la muñeca de mi hermana, me convertiré en su muñeca, ella jugará conmigo, me dominará”.

*Si me llamo por algo inmaterial, tenderé a fines abstractos ideados por nuestros padres, desatendiendo lo real e incluso, por oposición a ellos, llegaré a materializar lo contrario a lo que llevo escrito en el nombre. Llamarse Libertad, Paz, Luz, no siempre es sinónimo de ser libre, vivir en paz y tener las cosas claras.

-Los diminutivos: “Me llamo Manuel como mi abuelo, pero me dicen Manolito”, han proyectado en ti la figura de tu abuelo, pero tienes prohibido crecer y superarlo.

-Los nombres compuestos: “Me llamo José Luís, por mi padre y mi abuelo”. Pobre de ti si la relación entre ellos era farragosa.

“Me llamo “María José”, como dice Jodorowsky, “¡Catástrofe sexual!”.

-Los nombres feminizados o masculinizados: Mario, Josefa, Carmelo, Paula, corresponden a deseos frustrados de que naciéramos del sexo contrario.

¿Por qué no cambiarnos de nombre cuando este va cargado por un lastre que nos inmoviliza? Nos aterra cambiarnos de nombre ya que tememos que dejaremos de ser reconocidos por nuestro clan. Tememos no ser reconocidos, ni identificados, no ser amados es el mayor temor que tenemos. Somos seres gregarios y pensamos que podemos morir si nuestro “clan” nos abandona, lo que es una herencia de nuestro cerebro arcaico.

Metafóricamente, el nombre que nos dan los padres es como un archivo del GPS que nos va indicando caminos digitalizados y guardados en la memoria familiar. Al nacer, nos instalan el archivo y vamos deambulando por el mundo por rutas más o menos pedregosas y abruptas, pero nos sentimos como en casa, porque ya fueron trazadas por el sistema operativo del árbol. Cambiarnos de nombre es arrojar el GPS por la ventanilla del coche y empezar a ver y a recorrer nuevos caminos, conquistar territorios que no habían sido archivados por nuestro árbol.

Es hacernos cargo de nuestro propio destino. ¿Cómo entonces llamar a nuestros hijos cuando nacen? Alejandro Jodorowsky afirma que cada uno tenemos un nombre (podemos hacer aparecer a nuestro guía interior y pedirle nuestro nombre en un ejercicio de meditación o de visualización) que viene con nosotros incluso antes de ser concebidos. Es posible que durante la gestación, este nombre les llegue al mismo tiempo a ambos padres de forma telepática, si tienen suficiente capacidad de percepción. Si no es así, es el niño el que debe nombrarse más adelante. En el caso de tener que decidir como llamar al bebé, el nombre no debe haber existido en la historia de su árbol genealógico, ni haber pertenecido a personas o ideales de los que lo nombran.

¿Qué haremos con nuestro nombre? si nos encontramos que nuestro nombre encaja con algunos puntos de lo aquí descrito, podemos hacer que nos empiezen a llamar por el segundo nombre, por ejemplo Dolores Carolina, si te llaman de pila Dolores y ya por sí el Dolores trae una carga, podemos hacer que empiezen a llamarte Carolina o el segundo nombre, o por ejemplo Carlos Antonio donde Carlos se repite en generaciones con ancestros de destino trágico, comenzar a llamarnos Antonio, no es fácil pero de una manera comenzamos a retrogradar.

«Las cualidades son preferibles a los defectos y las virtudes son
preferibles a los vicios, todo el mundo estará de acuerdo sobre
este punto. Sin embargo, la verdad es que las cualidades y las
virtudes no tienen por sí mismas un valor absoluto. Mucha gente
posee grandes cualidades, pero ¿qué hacen con ellas? Nada, o no
gran cosa. Mientras que otros, que tienen grandes defectos y son
conscientes de ellos, sufren y quieren mejorar; entonces,
trabajando cada día sobre ellos mismos, se convierten en seres
magníficos, capaces de realizar grandes cosas. Si no tuviesen
estos defectos, quizá no harían ningún esfuerzo, se dejarían
llevar.

yo espiritual

Debemos pues tratar de ver más allá sin juzgar a los seres en
función de lo que son en este momento. Así es como lo hace el
Cielo. El Cielo no se interesa por lo que somos, sólo considera
lo que tratamos de realizar con lo que tenemos… ¡y con lo que
nos falta! Lo único que le importa es el trabajo que realizamos
para poner tanto nuestros defectos como nuestras cualidades al
servicio de un alto ideal.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov

loiu

Es el líder espiritual de los esquimales clama contra el cambio climático y representa a los pueblos árticos en Naciones Unidas-

 

Angaangaq es un hombre muy cálido para venir del frío ártico. Cuando me lo presentan, me recibe con un cariñoso abrazo de oso y no deja de reír durante toda nuestra conversación. Encima de la mesa está su tambor de chamán, que lo acompaña a todas partes puesto que es el líder espiritual de las tribus esquimales de Groenlandia. Además de esto, Angaangaq representa a los pueblos árticos en Naciones Unidas y su gente le ha encomendado una misión que va más allá de cuidar de la salud de los suyos como chamán. Recorre el mundo enviado por los más ancianos de su cultura para hacernos llegar un mensaje: el Gran Hielo se derrite y nadie debería permanecer impasible.

¿Cuál es la misión de un chamán en el siglo XXI?
Volver a traer las ceremonias. Hemos perdido la celebración de la vida. Mi abuela me decía que la vida es una ceremonia en sí misma y que merece la pena celebrarla cada día. Pero cuando las ceremonias pierden su espíritu, se convierten simplemente en rituales. Y el mundo está lleno de rituales. Cuando miro Europa, incluyendo España, veo que la gente hace cosas porque así deben hacerse. En todos esos rituales vacíos, el espíritu hace mucho tiempo que se marchó. La responsabilidad del chamán en el siglo XXI es recuperar las ceremonias para todo el mundo, o sea, que es una gran responsabilidad. Con las ceremonias conseguimos que vuelva la sonrisa al corazón y, de esa forma, tu cuerpo vive, tu espíritu florece y se hace más fuerte. Debemos vivir y celebrar la belleza de nuestras vidas. Cuando miras con el corazón, eres capaz de ver esa belleza increíble.

Debemos vivir y celebrar la belleza de nuestras vidas. Cuando miras con el corazón, eres capaz de ver esa belleza increíble

¿Qué ceremonias podemos hacer nosotros, que vamos por la vida siempre acelerados?
En mi mundo, en invierno, el sol no sale, desaparece, y cuando por fin vuelve, vamos a las montañas todos nosotros y hacemos un pequeño fuego en el suelo porque nos calienta y nos recuerda que la oscuridad se acaba. Entonces, la luz del sol empieza a acariciarnos y podemos ver la belleza. Los más ancianos dicen que El Más Grande de Todos, el Sol, ama a las personas porque nos da la oportunidad de contemplar la belleza a nuestro alrededor y a cada uno de nosotros. Una ceremonia que se puede hacer en casa es abrir las cortinas y dejarse extasiar por el amanecer, porque ese es el reflejo de tu propia belleza. Desde tu corazón piensa que eres hermosa porque el sol es hermoso. Puedes hacer esta ceremonia cada día… y, después de esto, te tomas una taza de café.

Usted viaja por el mundo con un mensaje de los más ancianos de su cultura.
Hace muchos años que voy por el mundo dando conferencias en muchas partes. Y he hablado muchas veces del cambio climático. Mi responsabilidad es llevar el mensaje de los más ancianos de mi pueblo. Yo soy su portavoz. Y cada vez que hablo en esas grandes reuniones ante diez mil personas, todos me aplauden y mi ego se hace enorme. Entonces vuelvo a casa y lo cuento. Pero en mi pueblo me preguntan: “¿Han escuchado tu mensaje”. “Sí, me han dado una ovación tremenda.” Y de nuevo preguntan: “¿Pero han escuchado tu mensaje?” Y me doy cuenta de que no ha sido así. Me quejo a mi madre y ella me dice: “Sabes, hijo, vas tener que cambiar la forma de dar ese mensaje”. Y ella cierra sus ojos, me coge las manos y, con los ojos cerrados, me dice: “Hijo, vas a tener que aprender a derretir el hielo del corazón de los hombres. Solo así tendrán una oportunidad de cambiar y podrán utilizar su conocimiento sabiamente”.

Todo el mundo conoce el cambio climático, pero nadie se está preparando. ¿Qué nos queda por hacer? Derretir el hielo del corazón en las personas

¿Y cómo se consigue derretir el hielo en nuestros corazones?
El Gran Hielo de donde yo vengo es muy grande. A menos de cuarenta grados, cuando tocas el hielo la huella de tu mano se queda ahí en un minuto. Es una reacción química sencilla, porque hay 77 grados de diferencia con el calor de tu mano. Y esa es la forma en que se derrite el hielo en la tierra. El hielo más difícil de derretir es el del corazón de los hombres, pero solo así tenemos una oportunidad de cambiar y de utilizar el conocimiento sabiamente. Mira Europa. Todo el mundo conoce el cambio climático, pero nadie se está preparando. La temperatura de la Tierra sigue subiendo, el gran océano crecerá y muchos lugares ahora habitados estarán bajo el agua. Pero nadie piensa en ello. Sabemos que el Gran Hielo de Groenlandia desaparecerá, y el del Ártico, y también la Antártida. Cuatro metros es un muro de agua, es más alto que tú y que yo, ¿qué hacemos? En Londres se han gastado 16 mil millones de euros en construir un dique; en Venecia, gastaron cien mil millones de euros para salvar la vieja ciudad, pero solo lo han construido un metro de alto. Y científicamente sabemos que el agua puede llegar a crecer en este siglo cuatro metros. Tenemos muchas cosas que cambiar. Los más ancianos dicen que es demasiado tarde y que no podremos parar el deshielo. Nuestros políticos no van a poder pararlo, ni nuestra economía. O sea que ¿qué nos queda por hacer? Cambiar aquí [se señala el centro del pecho], derretir el hielo del corazón.

Los políticos no es que no puedan pararlo, es que hacen oídos sordos.
La responsabilidad está en ti, en cada uno de nosotros. Ellos no van a cambiar nada. Di una conferencia en la Universidad de Cornell, en Nueva York, había muchos profesores y les dije que es muy bueno enseñar a usar sabiamente el conocimiento de los más ancianos, pero los profesores me dijeron: “No podemos hacer eso, nuestra responsabilidad es que los estudiantes pasen los exámenes”. ¡Esa es la universidad! No estamos enseñando a nuestros estudiantes la verdadera sabiduría. Así que tenemos que derretir nuestro hielo interior y entender al ser humano en su espíritu.

Usted dice que la naturaleza es una iglesia. ¿Qué relación mantienen los esquimales con la naturaleza?
Nuestra tierra esquimal es de 16 millones de km2, así que nuestra relación es muy distinta a la vuestra. En un país tan pequeño como España, con 45 millones de habitantes, no puedes estar nunca solo. Cuando vas a los Pirineos, todo está lleno de gente. La capital de Groenlandia, Nuuk, tiene 167.000 habitantes, y para nosotros es una grandísima ciudad, pero vas a la montaña, y estás solo, no hay nadie, puedes viajar solo durante casi mil kilómetros. La relación de los europeos con la madre naturaleza y su comprensión es muy limitada. Cuando se tratan las cuestiones de la naturaleza, si no se comprenden bien, los humanos creamos desequilibrios, lo hemos hecho en todas partes. Pero nuestra responsabilidad es ser los cuidadores y custodios de la madre naturaleza.

Dice nuestra profecía que, cuando los árboles crezcan altos en la tierra esquimal, el mundo nos necesitará más que nunca, y eso está sucediendo ya

Los esquimales tienen una profecía sobre el deshielo, ¿qué dice esa profecía?
Dicen los más ancianos que, hace mucho tiempo, había muchos árboles en nuestra tierra esquimal. Entonces llegó el frío y, con él, el Gran Hielo. Se apoderó del Gran Norte, en Europa, América, Siberia. Después, el Gran Hielo retrocedió. En las tierras esquimales, los árboles crecían muy pequeños e inclinados y necesitaban más de 10 grados durante más de diez días antes de poder erguirse, pero ahora miden más de tres metros. Cuando yo nací, los árboles eran pequeños, yo parecía muy alto. Dice la profecía que, cuando los árboles crezcan altos en la tierra esquimal, será entonces cuando el mundo más nos necesite.

Sus ritos quizás nos ayuden a comprender la grandeza de su mundo helado y luchar por conservarlo. ¿Cuál es la ceremonia esquimal más importante?
[Angaangaq me enseña su tambor de chamán] ¿Quieres oírlo? Este tambor se llama qilaut [lo coge y lo hace sonar]. Cuando lo toco, algunos hombres caen al suelo. Es el instrumento del Gran Hombre. Es un fuerte latido que puedes sentir, un latido como el del corazón, porque cada vez que tú hablas con tu corazón, siempre va a contestarte.Esta entrevista acaba cuando Angaangaq me invita a oír su qilaut. Se levanta y me muestra su ceremonia chamánica, la que usa cuando una persona se siente enferma y acude a él. Nos colocamos enfrente el uno del otro con los ojos cerrados y Angaangaq comienza a moverse a mi alrededor haciendo sonar su tambor. Alza su voz con un cántico sin letra potente y penetrante. La voz vibra en la piel del tambor y noto cómo todo el cuerpo tiembla. Se me instala una amplia sonrisa al mismo tiempo que me caen las lágrimas. Es un momento mágico. Ahora ya sé cómo derrite el hielo de los corazones este chaman venido del frío.

«Leer absortos un texto narrativo o poético equivale a tener una auténtica experiencia de realidad virtual, ya que en nuestro cerebro se activan las mismas áreas que utilizamos al procesar estímulos sensoriales en la vida real.» Bronstein nos habla de éste y otros beneficios que conlleva el acto de lectura en nuestra mente.
 
La lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo.
-Joseph Addison. 
 
Instrúyanse porque necesitaremos toda nuestra inteligencia.
Conmuévanse, porque necesitaremos todo nuestro entusiasmo.
Organícense, porque necesitaremos toda nuestra fuerza.
-Antonio Gramsci.
 

A principios de los años 90, el psicólogo evolutivo Howard Gardner renovó el paradigma de las ciencias cognitivas a partir de su teoría de las inteligencias múltiples. Gardner consideró por primera vez la inteligencia no como una única capacidad, fijada e innata, dada de una vez y para siempre en cada persona, sino como una serie de habilidades cognitivas en distintos campos de la experiencia humana, habilidades que son susceptibles de continuar en proceso de desarrollo durante la totalidad de la vida. De manera inversa, pueden malograrse o permanecer estancadas, como un músculo que nunca o casi nunca se lo trabaja o estimula. Una de las inteligencias principales que Gardner categorizó es la denominada inteligencia lingüístico-verbal; concretamente, la inteligencia relacionada con el pensamiento y el lenguaje. No son pocos los autores que han considerado que, de todas las características que nos separan del reino animal, el lenguaje (la capacidad de “significar”) es la principal.
 
En un brillante libro sobre la evolución de los circuitos cerebrales humanos, el psicólogo, guerrillero ontológico y profuso escritor Robert Anton Wilson nos deja una concisa definición de inteligencia, que se ajusta muy bien a la inteligencia lingüístico-verbal de Gardner: “La inteligencia es la capacidad de recibir, decodificar y transmitir información de manera eficiente.” (Robert Anton Wilson, Prometeo Ascendiendo, 1983). Basándose en las nociones de Claude Shannon (conocido como “el padre de la teoría de la información”) y del creador de la “semántica general”, Alfred Korzibsy, Wilson nos dice que “información” equivale a cualquier conjunto organizado de datos que implican una novedad significativa para el sistema de creencias y la totalidad de la información previa que tiene interiorizado un sujeto. Nuestro modo central de transmitir y recibir información es a través del lenguaje; es decir, a través signos lingüísticos significativos (palabras que expresan pensamientos, ideas y conceptos). Tanto para Wilson, como para el enfoque constructivista del conocimiento iniciado por Lev Vigotsky, el impacto de la información en el sujeto implica un complejo proceso de integración dentro de su sistema de creencias y datos o “mapa cognitivo”.
 


Y si la integración y la transmisión de información es inteligencia, como estos autores sostienen, sin duda una de nuestras herramientas más poderosas para desarrollarla individualmente, así como para amplificarla colectivamente, es la lectura. “La lectura […] es un proceso emergente de construcción de significado que ocurre cuando la información topicalizada por el texto se sintetiza con el conocimiento previo como parte de un proceso general de interacción mediada con el mundo” (Michael Cole y Bárbara Means, Cognición y pensamiento, 1986).
 
En los últimos años, desde el ámbito de la neurociencia, han surgido fuertes confirmaciones de estas teorías, principalmente a partir del concepto de “plasticidad neuronal”, que implica que nuestro cerebro no es una unidad estática, sino que se trata de un continuo proceso de cambio y adaptación de redes sinápticas, las cuales organizan y reorganizan nuestra cosmovisión y nuestra percepción general del mundo. Para este complejo proceso, el hábito de leer se convierte en uno de sus catalizadores más poderosos.
 
En un estudio llevado a cabo durante un programa de alfabetización en Colombia, el doctor Manuel Carreiras del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje comprobó que las personas alfabetizadas mostraron un importante incremento frente a las no alfabetizadas en dos áreas relacionadas con el procesamiento visual, fonológico y semántico de la información en un texto: la materia gris (la densidad neuronal) y la materia blanca (encargada de conectar los dos hemisferios del cerebro).
 
Guillermo García Ribas, Coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), concluyó que “la lectura es una de las actividades más beneficiosas para la salud, puesto que se ha demostrado que estimula la actividad cerebral y fortalece las conexiones neuronales”. La lectura constante y prolongada mejora nuestra capacidad de razonamiento, nuestra agilidad mental, nuestra concentración y nuestra memoria, al tiempo que amplía nuestros recursos lingüísticos y la profundidad de nuestras ideas.
 
La lectura no sólo nos hace pensar, sino que nos permite pensar en términos nuevos o más complejos para nosotros. Y una de las formas en que lo hace es ampliando considerablemente nuestro vocabulario, al ir incorporando palabras o expresiones nuevas que antes no usábamos. El escritor argentino Héctor Tizón no hablaba metafóricamente cuando sentenció: “el empobrecimiento del lenguaje es el empobrecimiento de las ideas.” Al leer, nuestro cerebro dialoga constantemente con el texto, se encuentra con nuevas concepciones de la realidad, piensa y considera en la profundidad del lenguaje y del pensamiento del autor, relacionando continuamente este pensamiento con el suyo propio, complejizándolo o poniéndolo en cuestión.
 
Otra escritora argentina, Mori Ponsowy, rescata el valor único de los textos literarios, al preguntarse en voz alta: 
 
¿Por qué leer? Para huir de las grandes abstracciones y las palabras simples. A diferencia del derecho, las ciencias y la política, la buena literatura está hecha de profundidad, de detalles […] pues, antes que nosotros, el escritor se tomó el trabajo de buscar lo que realmente importa en medio del desorden informe de nuestras vidas, y de encontrar las palabras exactas para desplegarlo ante nuestros ojos, iluminando detalles y matices que nos despiertan del letargo y la costumbre […] ¿Por qué leer? Para sumergirse en lo particular y único de cada vida. Para huir de los prejuicios de las grandes palabras… Leer en serio es un modo de negarse a ser ovejas en un rebaño, ovejas que no están muy seguras de qué piensan o en qué creen -o que. si lo están, es porque otros se lo han dicho-, para convertirnos en individuos con rasgos peculiares, con claridad de pensamiento, con ideas propias y precisas… ¿Por qué leer? Para descubrir quiénes somos. ¿Por qué leer? Para poder pensar.


En una investigación realizada mediante escaneos de actividad cerebral durante la lectura de textos literarios, el doctor Jeffrey Zacks, director del Laboratorio de Cognición Dinámica de la Universidad de Washington, concluyó que leer literatura es una forma de ampliar nuestro espectro de experiencias sensoriales. Leer absortos un texto narrativo o poético equivale a tener una auténtica experiencia de realidad virtual, ya que en nuestro cerebro se activan las mismas áreas que utilizamos al procesar estímulos sensoriales en la vida real. Nuestro cerebro crea (imagina) una simulación mental vívida de sonidos, imágenes, sabores y sensaciones que enriquecen nuestra relación con el mundo. “Solemos pensar que la realidad virtual es algo que involucra computadoras, cascos y dispositivos extravagantes pero, en un sentido bastante serio, contarnos historias a través de la escritura y la lectura, es una forma de realidad virtual […], al leer adquirimos experiencias virtuales que después pueden formar la base para asimilar otras experiencias y otras lecturas”, afirma Zacks.
 
Ampliando esta idea, el multifacético artista chileno, y autodenominado “psicomago”, Alejandro Jodorowsky declara: “La novela es una literatura inmensa que contiene todo… es como presentar un mundo paralelo. Para mí, todas las novelas, por muy realistas que sean, son de ciencia ficción, son de lo imaginario. No se puede crear un mundo real a través de la literatura, es la diferencia entre un mundo real, con paisajes, y un mundo de mapas. La literatura es un mundo de mapas de la realidad. Entonces cada cual crea un mundo y a nosotros nos enriquece. Una novela… te va presentar otra posibilidad del mundo, otro punto de vista. Cada ser humano tiene un punto de vista diferente de la realidad y cada ser humano vive en una realidad diferente. Un novelista muestra esa realidad diferente”.
 
Todo esto vuelve evidente, también, que cualquier texto no tendrá el mismo efecto o será igualmente enriquecedor para cada uno de nosotros, por lo que lógicamente no es comparable el impacto de un texto que nos resulte profundamente significativo con la suma de muchos de los textos que, saltando de un vínculo a otro, consumimos diariamente a través de Internet. Sin embargo, obviamente tampoco deberíamos subestimar el efecto que el hábito de la continua lectura virtual podría significar en la complejización colectiva de la mente humana.
 
La información, plantea Robert Anton Wilson, “se acelera más rápido en la evolución humana que en la evolución pre-humana porque a través del circuito semántico (la cultura) y sus símbolos (palabras, mapas, ecuaciones, etc.) somos capaces de pasar información (entropía negativa, coherencia) de generación en generación.” (Ibid, 1983). Lo que puede considerarse, en términos generales, un proceso dialéctico que conduce gradualmente a un desarrollo evolutivo de la inteligencia humana. Primero con la escritura, luego con la imprenta, y actualmente con la prácticamente ilimitada virtualidad, este proceso se ha venido acelerado cada vez más.
 
Pero este desarrollo encuentra sus trabas, nos dice también Wilson, en el ejercicio de la censura y el poder concentrado:
 
Estamos sobre una ola del aumento de conciencia y de la expansión de la inteligencia que se está acelerando, nos guste o no. En general, a la mayoría de la gente (y especialmente las élites gobernantes) no les ha gustado este factor de aceleración […] En todas partes y en todas las épocas, los gobernantes de la sociedad han tratado de poner un freno al circuito semántico, para desacelerar la función de aceleración, para establecer límites en lo que se puede imprimir, discutir, o incluso pensar. El mito griego de Prometeo encadenado (el titán que trajo la luz a la humanidad y que es eternamente castigado por ello) es la sinécdoque, el símbolo perfecto de cómo el circuito semántico ha sido manejado en la mayoría de las sociedades humanas. (Ibid, 1983)
 


A partir del siglo XX, podemos ver este desarrollo de la inteligencia colectiva cada vez más eclipsado con el avance paralelo de los medios masivos de comunicación y  su “secuestro” o concentración en manos de poderes económicos y políticos, que han venido empleándolos para colonizar la subjetividad de las masas y adecuarla a sus intereses. “Podríamos decir que en otras épocas la colonización se ejercía sobre los cuerpos, como en la esclavitud. Hoy lo que se coloniza y domina son nuestras mentes. Es nuestra psicología la que está ocupada, es nuestro inconsciente el que se alinea con los intereses que nos perjudican. Si hablamos de los viejos imperialismos, hay que decir que la conquista ya no pasa tanto por la posesión u ocupación de territorios sino por el control de las ideas, el pensamiento de los pueblos y sus voluntades. Sin tantas armas, ahora se trata de ejercer el control de las almas […] Los medios de comunicación aparecen, de esta manera, como los nuevos disciplinantes de la comunidad. Superada la etapa en la que los poderes tradicionales avasallaban a los pueblos a través de la vía militar, la televisión y los diarios, los canales de noticias y las emisoras radiales son hoy por hoy las nuevas fuerzas de ocupación… Porque ocupan nuestras mentes para imponernos sus modelos, sus relatos, sus ‘próceres’ y sus desvalores.” (Claudio Díaz, “El papel de los medios como nuevos disciplinantes sociales”).
 
La clase dominante, como nos dice tan claramente el político español Julio Anguita, “tan sólo recurre a la coacción física -policía, ejército, fascismo- cuando falla la coacción ideológica”. La televisión y los nuevos medios digitales en creciente expansión, no parecen haber venido funcionado colectivamente como un complemento de la riqueza de los textos escritos, sino como su trágico reemplazo. En irónica alusión a su novela Fahrenheit 451, Ray Bradbury comentaba: “No hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee”.
 
Es en este mismo sentido que la poeta y lingüista Ivonne Bordelois exclamó: “Si la palabra está bajo fuego enemigo es porque la fuerza y el poder de la palabra son temibles, y de allí la necesidad de aniquilarla. De la palabra nacen el espíritu crítico y la inspiración creadora… Y si se la quiere destruir con tanto ahínco es porque se necesita una sordomudez fundamental para aceptar la inmensa cantidad de chatarra política, comercial y mental que nos rodea y nos asfixia sin cesar”. 
 
Surfear en el océano de la información, aprendiendo a distinguir lo significativo de lo intrascendente y lo auténtico de lo espurio; volvernos lectores activos de la información, no receptáculos pasivos de los discursos monolíticos del poder; volvernos lectores críticos, profundos, abiertos, poéticos; cultivar nuestro pensamiento, nuestro lenguaje y nuestra inteligencia discursiva… quizás sean algunos de los mayores desafíos y de las mayores esperanzas de nuestro tiempo. La lectura, con su infinito abanico de desconocidos mundos e impensadas perspectivas, sigue siendo uno de nuestros principales recursos para lograrlo.
 


el Alma y el Espíritu..

Publicado: 3 febrero, 2014 en filosofia
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«Nacer, es recibir un cuerpo, y el trabajo del discípulo de una
enseñanza espiritual, es hacer de ese cuerpo la materia de su
trabajo. Entonces, durante años, hace esfuerzos, se impone una
disciplina y, poco a poco, purifica e ilumina cada partícula de
su ser que consigue animar con nuevas vibraciones.
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ouroboros by ~zombieduck
El alma y el espíritu son de esencia divina, se conocen y se
manifiestan como tales arriba, en el mundo que es el suyo, pero
es preciso que se conozcan y se manifiesten también, abajo, a
través de la materia del cuerpo físico. Aquí realiza el
misterio más grande de la existencia. Los Iniciados lo han
representado por el símbolo de la serpiente que se muerde la
cola: la cabeza, el Yo superior, el espíritu, debe manifestarse
a través de la cola, el yo inferior, la materia. El espíritu,
que está arriba, que es omnisciente y todopoderoso, debe poder
mirarse en la materia como en un espejo. Éste es el objetivo de
la Iniciación: llegar a transformar la materia para que pueda
renviar al espíritu su propia imagen.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov