Para liberarnos de los conflictos ancestrales entre mujeres y hombres…
Visualizas a tu madre y a tu padre delante de ti. Toma conciencia que la vida te ha sido otorgada gracias a la unión de los dos: madre y padre.
Te conectas con tu madre y, mirándola a los ojos, le dices:
– “Tú por ti, querida mamá, y yo por mí!
– “Respeto y honro tu destino!
– “Gracias… Por favor… Sí”
Luego miras a los ojos a tu padre y le dices:
– “Tú por ti, querido papá, y yo por mí”
– “Respeto y honro tu destino”
– “Gracias… Por favor… Sí!
Luego visualizas las generaciones de mujeres que precedieron a tu madre, es decir, detrás de tu madre a tu tu abuela, detrás de ella a la bisabuela, detrás de ella a la tatarabuela y así, las demás mujeres que las precedieron… cada una en su lugar, y les dices:
– “Vosotras por vosotras y yo por mí”
– “Respeto y honro vuestro destino”
– “Gracias por la vida que me llegó a través de ustedes”
Y visualizas las generaciones de hombres que precedieron a tu padre, es decir, detrás de tu padre a tu abuelo, detrás de este al bisabuelo, detrás al tatarabuelo y, así, los demás hombres que los precedieron, cada uno en su lugar, y les dices:
– “Vosotros por vosotros y yo por mí”
– “Respeto y honro vuestro destino”
– “Gracias por la vida que me llegó a través de ustedes”
Visualizas a todos, hombres y mujeres de tu familia y les dices:
– “Los conflictos entre ustedes los dejo con ustedes… tomo la vida que me ha llegado gracias a ustedes… gracias… por favor… sí”
Luego, lentamente, te giras y miras hacia adelante, hacia la vida, visualizando, a lo lejos, la Luz de la Vida… una luz lejana, infinita, poderosa; inhalas y tomas esa energía de vida, exhalas y sueltas todo lo que ya no necesitas hoy en tu vida, lo entregas a Dios:
– “Por Favor, Padre, borra las memorias de dolor, rechazo, abandono, soledad, odio, venganza, miedos, ira, celos, envidias… en mí y en mi familia… Gracias… Por favor… Sí”
El árbol está vivo dentro de mí. Yo soy el árbol. Yo soy toda mi familia. El inconciente familiar existe. Desde el mismo momento en que alguien toma conciencia de algo, hace que todos los suyos también la tomen. Ese alguien es la Luz.
Si uno hace su trabajo, todo el árbol se purifica.
Alejandro Jodorowsky