Las barajas tradicionales
No existe opinión cierta sobre el origen de las barajas y los juegos de cartas; unos señalan a Egipto como el primer pueblo que tenía un juego de cartas. Según las leyendas la diosa del cielo (Nut) había quedado embarazada de su hermano el dios de la tierra (Geb), y estaban tan juntos que Ra (el dios Sol) mandó al padre de ambos (Shu, el aire) a separarlos; y Ra maldijo a Nut a que no podría dar a luz en ningún día del año (en aquella época 360). El dios Lunar Thot jugó con Ra un juego que invento (de cartas según) y cada vez que gano Thot añadió un día al calendario; en esos cinco juegos Thot gano cinco veces y por tanto dio cinco días, de ahí los 360+5=365 días del año. En esos cinco días nacieron del vientre de Nut: Osiris, Isis, Seth, Neftis y Horajti (Horus el mayor, no confundir con el Horus el hijo de Isis y Osiris). Esas barajas de Thot se llaman Tarot (Libro de Thot).
La mayoría de expertos señala sin embargo que las barajas llegaron del oriente (
India y/o
China) a través de la ruta de la seda, pasando por
Persia a los pueblos árabes y de estos a
Europa. Lo único cierto es que existe referencia escrita de que los juegos de cartas existían en la
China Imperial desde mediados de la dinastía
Tang (en el siglo IX); su creación estuvo asociada a la invención del papel, que luego dio lugar luego al papel moneda.

Derivadas de estas primeras cartas viene el juego de Mahjong (una especie de domino en oriente); que reemplazó las barajas originales de papel por fichas de madera, marfil o bambú. El Mahjong actual contiene 144 piezas, distribuidas en tres palos (oros/monedas, bambú, caracteres/números, todos enumerados del 1 al 9 y cada palo contiene cuatro repeticiones), a estos se le suman los cuatro vientos repetidos cuatro veces, tres dragones repetidos cuatro veces, las cuatro estaciones y cuatro flores, no repetidos). El juego es una mezcla de Dominó y Poker donde se van colocando y retirando piezas según su repetición o grupo.

Los naipes de papel por su parte se extendieron por todo oriente hacia el siglo XI, y cada pueblo dio su propia versión. En Persia se originó el Ganjifa, un tipo de juego de cartas que se hizo popular en la India mogol del siglo XVI. En India las barajas de Ganjifa eran hechas por maestros locales y de forma artesanal, en la versión sencilla hoy sólo contienen veinte cartas, distribuidas en cuatro palos con cinco figuras cada uno: El sol o león (As), el rey, la dama, el soldado y la sierva, esclava o bailarina. Otras versiones del juego son el Ganjifa Mogul (propia del imperio mogol del siglo XVII) se tenían 96 tarjetas en 8 palos de 12 cartas cada uno; cada palo es de color distintivo y contaba con diez tarjetas enumeradas de 1 a 10 y dos cartas de la corte (un visir y un rey); la versión mayor es el Ganjifa Dashavatara; con 120 cartas, hay 10 palos de 12 cartas cada uno, cada palo corresponde a uno de los diez avatares de Vishnu (de menor a mayor: pescado, tortuga, jabalí, león, enano, Parashurama (Rama con el hacha), Rama (con un arco y una flecha), Krishna (rayo), Buda (flor) y el esperado Kalki (se parece a un Pegaso).

Igualmente, en Japón sus dos barajas más populares son el Hanafuda (doce palos —por los doce meses del año—, con cuatro cartas cada uno) que tuvo su origen no en la baraja china, sino en la baraja portuguesa (una versión menos ornamentada de la baraja española) de 48 cartas traída por los navegantes portugueses en siglo XVI antes del cierre de Japón al mundo. Tras la prohibición del gobierno japonés a los juegos de apuestas, numerosas barajas se fabricaron en un intento de vencer las normativas legales del estado japonés; hasta que el siglo XX vio la luz esta baraja. La segunda es el Uta-garuta, una serie de poemas en cartas a los cuales hay que encontrar la imagen que representa el poema, y se juega en año nuevo como una tradición para la buena suerte. Derivadas de las cartas Hanafuda, los coreanos tienen llamadas Hwatu que traduce ‘la guerra de las flores‘. El mazo, como el japonés, se divide también en 12 palos o meses del año y cada palo tiene 4 cartas a las que se incluyen dos comodines. Las cartas representan a flores, banderas, animales y reyes.

En Europa se sabe que los juegos de cartas se jugaban en el siglo XIV en España; ya hay una prohibición real a que oficiales jugaran cartas en la Barcelona del año 1310 y en Vitoria-Gasteiz en 1334; en Cataluña hay referencia de jugarlas en 1371 y en el resto de Europa desde 1377 en adelante, mostrado así su rápida dispersión por toda Europa.
Estas cartas fueron traídas desde Egipto (aquí se habla del sultanato de los Mamelucos —de origen turco—, no el antiguo de los faraones), y se han encontrado resto de juegos de barajas incompletas de este periodo con 52 cartas, cuatro palos (pentaculos/oros, copas/vasos, espadas y bastones/garrotes); que iban enumeradas del 1 al 10 y tenían tres personajes (nombrados más no dibujados, ya que a cultura musulmana prohibe las imágenes) de la corte en cada palo: siervo, soldado y rey.

En la baraja española original se pondrán dibujos a los miembros de las cortes, son las primeras figuras completas, originalmente eran cuatro: siervo/sierva, caballero, dama/reina y rey; figuras que aún se mantienen en los arcanos menores de la baraja del Tarot. Pero la superstición modifico el número original de 56 a 48; así si enumeramos las cartas de la corte, a la dama le corresponde el número trece (13), número asociado a la mala suerte y por ello se elimina esta carta del juego original; como el rey pasaba a ser ahora el trece, se elimina el diez (10), así la Sota (siervo) pasa a ocupar este valor, el Caballero es el once (11) y el Rey queda con doce (12), formando la tradicional baraja española de 48 cartas. En algunos juegos se eliminan el ocho y el nueve, y al baraja se reduce a 40 (las cartas con figuras de la corte mantienen su valor ya señalado); en otras más modernas se incluyen dos comodines y la baraja sube a 50. En las baraja italiana el juego tiene 40 cartas, enumeradas del 1 al 7, siendo la sota, el caballero y el rey respectivamente el 8, 9 y 10; aunque ello varia con los diversos juegos.

La siguiente baraja que apareció en Europa (y en eso no se pone de acuerdo algunos) viene del mundo germano, la baraja alemana modifica los palos de la baraja española por: campanas (cascabeles), hojas, corazones y bellotas; enumeradas del uno al diez y con tres figuras; en este caso las campanas representaban a la nobleza, las hojas a los comerciantes, los corazones al clero y las bellotas al pueblo. Con el tiempo desaparecieron los números del 2 al 5, quedando solo los del 6 al 10, y las tres cartas de la corte; y el uno paso a ser una carta superior, similar al As de la baraja franco-anglosajona. Las figuras en la baraja alemana son: Unter (siervo bajo), Ober (siervo mayor) y König (rey); al igual que en la baraja española descartaron la figura femenina. El resultado fue un juego de cartas con treinta y seis barajas. La diferencia entre las cartas Unter y Ober se muestra en la posición de la figura que representa el palo; en la primera el palo se ubica en la parte inferior de la figura, en las otras en la parte superior de la figura. Los reyes se reconocen por sus coronas. Para completar el simbolismo los cuatro palos representan también a las cuatro estaciones: los corazones a la primavera, las campanas al verano, las hojas al otoño y las bellotas al invierno. La baraja suiza toma estas treinta y seis cartas de la baraja alemana y sólo cambia los corazones por flores y las hojas por escudos; y la carta n°10 es reemplazada por la imagen de una bandera.

La baraja húngara es gráficamente la misma que la baraja alemana, sus dibujos un poco más elaborados, pero agrega (como la baraja francesa) nombres a las figuras, los nombres asignados corresponden a personajes de la obra teatral Guillermo Tell (1804) de Friedrich Von Schiller; inspirada en el mítico personaje que dio con su rebeldía a la autoridad germano austriaca sobre los cantones (regiones) suizos el origen de la federación Suiza.
Según las leyendas, Tell era un habitante de Bürglen (pueblo del cantón suizo de Uri), ballestero, famoso por su puntería, eso por entre el siglo XIII a XIV. En aquella época, la Casa de Habsburgo se había recientemente unido a sus tierras algunos cantones suizos en su intento de tener todo el dominio territorial desde el alto Rin (al sur entre Francia y Alemania) hasta el Tirol (entre Austria y norte de Italia).

Cierto día en el que Guillermo Tell, que hasta entonces no había desarrollado ninguna actividad política, pasaba por la plaza mayor de Altdorf acompañado por su hijo, rehusó inclinarse en señal de respeto ante el sombrero instalado en la plaza simbolizando al soberano de la Casa de Habsburgo. Ante tal muestra de rebeldía ante el señor, el gobernador del pueblo, Hermann Gessler, detuvo a Tell, y habiendo oído su fama como ballestero, le obligó a disparar con su ballesta contra una manzana colocada sobre la cabeza de su propio hijo, a una distancia de 80 pasos. Si Tell acertaba, sería librado de cualquier cargo. Si no lo hacía, sería condenado a muerte.
Tell intentó en vano que Gessler cambiara su castigo, pero al final introdujo dos flechas en su ballesta, apuntó y gracias a su habilidad como ballestero consiguió acertar en la manzana sin herir a su hijo. Cuando el gobernador le pregunta la razón de su segunda flecha, Guillermo le contesta que estaba dirigida al corazón del malvado gobernador en el caso de que la primera flecha hubiera herido a su hijo. Enfurecido por la respuesta Gessler lo manda a detener y que lo encarcelen en el castillo de Küssnacht. En el camino al castillo, a través del lago de los Cuatro Cantones, estalló una tormenta que estuvo a punto de llevar a pique a la nave. Tell, se hizo con el control del barco y logró llevarlo a la orilla, salvando así su vida y la de los demás ocupantes de la barca, entre ellos el del propio Gessler. Apenas desembarcó Guillermo huyó, tendiendo poco después una emboscada al gobernador y matándolo con su segunda flecha. Este hecho marcaría el comienzo de la sublevación de los cantones suizos de Uri, Schwyz y Unterwalden contra los Habsburgo, convirtiéndose en un mito fundamental en la lucha de Suiza por su independencia. Las cartas húngaras ponen a estos personajes:
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Corazones |
Campanas |
Hojas |
Bellotas |
König |
Señor de la Primavera |
Señor del Verano |
Señor del Otoño |
Señor del Invierno |
Ober |
Hermann Gessler: quien ordeno a Guillermo Tell disparar una fecha a una manzana en la cabeza del hijo |
Stüssi: guardia de la corte de Gessler |
Ulrich Rudenz: sobrino de Werner, barón feudal donde ocurren los hechos |
Guillermo Tell: arquero que fue obligado a disparar una manzana en la cabeza de su hijo inclinado |
Unter |
Werner Stauffacher: Habitante de Schwy, una de las comunidades que se liberan al inicio de la revuelta |
Arnold Von Melchtal: habitante de Unterwalden, la segunda comunidad que se sumo a la revuelta |
Walter Fürst: habitante de Uri, mismo lugar de Guillermo Tell; la última de las tres primeras comunidades que dieron origen a la federación Suiza |
Rudolf Harras: escudero de Gessler |
As |
Chica con sombrero de flores |
Chico o Chica recogiendo la cosecha de trigo en el campo |
Hombre bebiendo vino sobre un barril |
Anciana recolectando ramas de leña |
A estos juegos de cartas hay que agregar otras dos más, el primero basado en la baraja francesa, pero con la secuencia la baraja alemana (6, 7, 8, 9, 10, siervo, dama, rey y as); se le conoce como baraja germano francesa; usa los mismos palos de la baraja francesa, salvo por los colores de la baraja alemana: corazones rojos, tréboles negros, picas verdes y diamantes dorados. La segunda es llamada la baraja germano nórdica, contiene completa la serie original de la baraja alemana (del 1 al 10, under, ober y rey) pero le agregan ocho cartas más, cuatro con valor de 14 que representan las estaciones (como el As de la baraja húngara) y otras cuatro con valor de 15 que representa los cuatro elementos (corazón = tierra, campanas = fuego, hojas = aire, y bellotas = agua); resultado una baraja de 60 cartas.

La baraja francesa es la tercera de las grandes barajas de Europa, y quizás la más conocida en el mundo; unos especulan que deriva de la baraja alemana, otros de la baraja española; lo más seguro es que fue una adaptación propia de ambos grupos. Destaca como diferencia de las otras dos, en que los franceses conservaron a la reina, llamada Dama (D), y eliminaron al caballero; quizás eran menos machistas que las otras dos culturas. Mantuvieron los números del 1 al 10, al Rey (R), y el siervo se le llamó Valet (V); su innovación esta en las figuras de los palos; mantienen los corazones de la carta germana, las espadas son reemplazadas por las puntas de las lanzas (gráficamente son similares a las hojas germanas, solo que de color negro), los españoles conocemos a esta figura como pica (por la punta de la lanza), pero los ingleses siguen llaman a la figura spada (pala), apoyando un origen español en este palo; los bastos fueron reemplazados por tréboles (en español), inspirados seguramente en las hojas que adornaban a los garrotes de la baraja española; en ingles esta figura, de color negro también, se le conoce como club (garrote); no como trébol u hoja; ello seguro recuerdo de los bastos españoles. La única figura nueva fue el diamante (de color rojo); que reemplazaba a los oros. Así la baraja francesa es la única que queda con 52 cartas (superada sólo por los arcanos menores de las cartas del Tarot, con 56 barajas, pero estos ya no se usan para jugar). En la baraja francesa todas las figuras miran hacia el frente, salvo tres que miran lateralmente, el valet y el rey de diamantes que miran a la derecha, y la reina de espadas que mira a la izquierda.

En este juego se asignaron nombre a las figura, los nombres han cambiado según las épocas y algunas adopciones locales, inicialmente eran los nombres que se consideraban importantes en la edad media, siendo así los siguientes los más tradicionales:
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Corazones |
Diamantes |
Espadas |
Tréboles |
Rey |
Carlos (por Carlomagno del imperio franco germano) |
Cesar (por Julio Cesar del imperio romano) |
David (por el rey bíblico) |
Alejandro (por Alejandro magno de imperio griego) |
Dama |
Judith (viuda judía que engaña al rey invasor asirio y le degolló, dando la victoria a Israel) |
Raquel (Segunda esposa y la más amada del patriarca Jacob, madre de José y Benjamín) |
Palas (Por la diosa Atenea del mundo griego) |
Argine (Anagrama de Regina = reina; por la reina María de Anjou, esposa de Carlos VII, rey de francia en el siglo XV) También se usa Juno (por la diosa romana del matrimonio) |
Valet |
La Hire (compañero de armas de Juana de Arco) |
Hector (Héroe troyano muerto por Aquiles en la guerra de Troya); ó se usa a Rolando (un sobrino de Carlomagno, que detuvo a los moros su avance hacia Francia desde España) |
Ogier (Compañero de armas de Carlomagno) |
Lancelot (Caballero en la gesta del Rey Arturo) |
La baraja inglesa es la misma que la baraja francesa, sus dibujos son menos elaborados (le echaron la culpa a los fabricantes ingleses menos dotados para el arte) y más geométricos; cambian los nombres de las figuras a su versión inglesa, el rey es King (K), la dama es Queen (Q), el valet es Jake (J), y el uno (1) se convierte en As (A), cuyo valor varía de 1, 11, o 14 según el juego. El origen de esta transposición de valores no esta clara, se inicia en el siglo XVIII con la revolución francesa y la independencia de los Estados Unidos; marca así que por encima de los soberanos esta el pueblo. La baraja alemana siguió este ejemplo, poniendo al As como la figura de mayor peso o valor.

Hasta la segunda mitad del siglo XVII, las cartas llevaban el reverso en blanco. A partir de ese momento, se comenzaron a imprimir los reversos con el fin de dificultar que los jugadores adivinasen las cartas de sus oponentes. En 1712 se estableció la obligación de imprimir el sello del impuesto en el As de picas, en el que también debía figurar el nombre del fabricante. Hoy el As de Picas es la figura más elaborada de estas barajas; y su simbolismo se vincula a la muerte misma. En la baraja española este sello se suele ubicar en el As de Oros.

En las barajas inglesas las cartas de la corte que están mirando de lado se les conoce como ‘cartas tuertas‘, son tres también, pero aquí son: el sota de espadas, el sota de corazones y el rey de diamantes; las cartas rojas miran a la izquierda, mientras que la carta negra a la derecha; y estas cartas actuaban en algunos juegos como comodines. En la baraja inglesa el rey de corazones no tiene bigotes y se le conoce como el rey suicida dado que tiene tras la cabeza una espada que otro empuña hacia el rey; similar ocurre con el rey de diamantes, donde un hacha apunta hacia su cabeza. Todos los reyes tienen espadas, salvo el rey de diamantes, por ello se el conoce como el ‘hombre del hacha‘. Todas las reinas sostiene una flor, salvo la reina de espada que incluye ademas un cetro (reminiscencia de la espada original), pero en algunas versiones la única que tiene una flor es la reina de tréboles, y es llamada la ‘reina de la flor‘.

Las figuras reversibles aparecieron hacia 1850, aunque no empezaron a ser aceptadas en los tradicionales clubes británicos (dentro del vasto imperio ingles) hasta, por lo menos, diez años después. Más tarde, se incorporan los índices (números y letras). Esta idea de reversibilidad se extendió a las
barajas germanas, quienes no solo lo hicieron con las figuras, sino también con las cartas numeradas; también algunas de las
cartas italianas y la
baraja portuguesa se sumaron a esta reflexión; la única que no tuvo nunca reversión fue la
baraja española.
Y en Estados Unidos, aparece la figura del Joker o Comodín, que es una carta (o dos) que se adicionan a la baraja inglesa, pero que no pertenece a ningún palo. Una primera versión habla de que ‘Joker‘ (Guason/bromista) viene de Jucker (miembro de la nobleza terrateniente de Prusia) y la carta (con la figura original de un león o un tigre) se introdujo en los juegos de esta familia alemana para indicar el mayor triunfo (ello reporta Catalina Perry Hargrave en su libro ‘Una historia de jugar cartas‘ de entre 1862 a 1865). La segunda teoría es que su origen estuvo ligado al juego de Poker donde surgió como un comodín, donde se decidió que una baraja adicional era necesaria; se señala que esta fue introducida por el juego de cartas Euchare, desarrollado por colonos alemanes en Pensilvania, donde se modificaron las normas originalmente en algún momento durante la década de 1860 y rápidamente se expandió por todos los Estados Unidos. Originalmente fue llamada «The Best Bower» (la mejor ancla) y luego «The Jolly Joker» (el bromista alegre), los dos comodines o tarjetas adicionales se introdujeron por primera vez en la baraja americana por el 1863 (es el aporte norteamericano al juego de barajas); pero fueron más aceptados al llegar los paquetes de cartas de fabricación inglesa de alrededor de 1880, cuando empezaron a ser representadas como un payaso o bufón de la corte; aquí tuvo influencia la carta de ‘el Loco‘ de los arcanos mayores del Tarot.

Por no pertenecer a ningún palo, las cartas del Joker suelen ser dibujadas en blanco y negro; pero en algunas versiones al tratarse de dos, hay un Joker negro y otro rojo, para estar a tono con los dos colores usados por los palos de las cartas francesas-inglesas-norteamericanas; y no suele tener ningún indice, aunque a veces se le pone el nombre Joker a la carta.