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Algunos trastornos comunes se pueden superar fácilmente con preparados caseros.

Infusiones, baños o masajes son soluciones sencillas y eficaces. 

A lo largo del año es frecuente sufrir resfriados o dolores de cabeza. Éstas y otras afecciones se pueden solucionar echando mano del botiquín; no obstante, muchos de los medicamentos comodín, a la larga, pasan factura a nuestra salud y pueden tener efectos secundarios. Recurrir a remedios naturales es la solución más recomendable e igual de efectiva, aunque no por eso debemos usarlos sin precauciones ni límites. Hay que estar pendiente de la evolución del síntoma y si persiste o empeora, tenemos que acudir al médico. Además de las soluciones que se ofrecen en este artículo, también podemos curarnos con remedios homeopáticos, alimentos específicos, oligoelementos y otras terapias.

Estrés y ansiedad 

Estos trastornos del ánimo pueden tener causas profundas que conviene analizar. Mientras, los siguientes remedios nos proporcionarán alivio:

 Infusiones. Tomadas tres veces al día, reducen la ansiedad. Lo ideal es ir combinando manzanilla romana (hojas), flores de tilo, valeriana (raíz), lúpulo (flores), romero, pasionaria (hojas), melisa (hojas) y espliego (flores). Para la ansiedad pasajera, se mezcla una cucharada de tila, una de valeriana y otra de espino blanco en un litro de agua hirviendo y se deja reposar durante diez minutos.

 2  Baño calmante. En un barreño con cinco litros de agua a 30 ºC se añaden cien gramos de flores de lavanda, cien gramos de melisa y cien gramos de menta piperita. Se deja reposar 15 minutos, se cuela y se añade al agua de la bañera.

 3  Agua de lechuga. Se coge media lechuga y se hierve en un litro de agua hasta que quede cocida. El líquido resultante se toma a lo largo de la jornada y durante unos días.

Suavizar la tos

Los siguientes remedios suavizan la molesta tos que a menudo trae consigo la congestión de las vías respiratorias.

 4  Hojas de orégano. Las infusiones de orégano, malva y tomillo suavizan la garganta y calman el picor y el dolor de garganta de la tos seca y pectoral.

 5  Menta y malvavisco. Para combatir la tos por exceso de mucosidad, se echa en una taza de agua hirviendo una cucharadita de raíz de menta y malvavisco. Se tapa y se deja reposar 15 minutos antes de colarla.

 6  Jarabe de cebolla. Cuece durante tres horas en dos litros de agua un kilo de cebollas cortadas con 200 gramos de miel y 400 gramos de azúcar moreno. Deja enfriar, cuélalo y ponlo en una botella para que puedas disponer de él todo el invierno. Tómate varias cucharadas al día.

 7  Sopa de tomillo. Se hierve durante tres minutos una rama de tomillo y luego se añade pan tostado integral, una pizca de sal y un chorrito de aceite de oliva extra virgen.

Estreñimiento

Suele ser consecuencia de una ingesta insuficiente de fibra y agua.

 8  Cáscara de llantén. Se mezclan dos cucharaditas de cáscara de llantén en polvo en una taza de agua. Se bebe inmediatamente y, a continuación, se toma un vaso de agua. El llantén  aumenta el volumen de las heces.

 9  Duchas y compresas de arcilla. Las duchas circulares diarias en el vientre con agua caliente durante cinco minutos son muy útiles, al igual que la aplicación de compresas de arcilla sobre esa misma zona del cuerpo durante 20 minutos.

Fatiga 

Para la fatiga, las plantas medicinales son grandes aliadas.

10  Plantas que dan fuerza. El eleuterococo o ginseng siberiano refuerza la energía física, aumenta el consumo de oxígeno y reduce la presión sanguínea. La dosis recomendada de Eleutherococcus senticosus es de dos o tres gramos de raíz o de 300 a 400 miligramos de extracto al día. El consumo moderado de regaliz tiene efectos positivos en casos de fatiga crónica, siendo la dosis recomendada entre 25 y 100 miligramos diarios durante un periodo de seis a ocho semanas seguidas como máximo. Debe tomarse media hora antes del desayuno y de la comida (esta dosis menor que la de primera hora).

Dolor de cabeza

En caso de cefalea tensional por estrés físico o mental, o migraña:

 11  Agua fría y caliente. Para la cefalea tensional, aplicar agua caliente (baño, ducha o compresa), ya que relaja los músculos contraídos. También conviene masajear la zona de la nuca y hombros o presionar el punto más elevado de cada ceja. En caso de migraña, aplicar el agua fría en forma de compresa o hielo y sumergir, a la vez, pies y manos en agua caliente, lo que provoca el paso de la sangre en exceso hacia las extremidades. También alivia un turbante de vinagre de sidra.

 12  Aceite esencial de lavanda. Para combatir la cefalea tensional, vierte dos gotas en la punta de los dedos y masajea con movimientos circulares las sienes, las órbitas oculares y tras los oídos y la nuca.

 13  Infusiones. La de matricaria disminuye la intensidad y frecuencia de las migrañas; la de menta sirve para cefaleas con componente digestivo y la de tilo común, cuando hay ansiedad e insomnio. Se toman tres tazas al día.

Conjuntivitis 

El lagrimeo y otras afecciones oculares pueden tratarse con medios suaves.

 14  Baños de plantas. Mezcla un puñado de manzanilla con flor de saúco, rosa de Alejandría, ruda y aciano. Pon dos cucharadas rasas de la mezcla en un cuarto de litro de agua y deja hervir durante dos minutos. Deja reposar cinco minutos y cuélalo. Aplica dos algodones o gasas empapados y templados sobre los ojos y presiona ligeramente con los dedos. La aplicación se repite cinco veces. También se puede usar una decocción de las flores de aciano sobre los ojos en forma de compresas, baños oculares o gotas, hamamelis en forma de compresas o lavados y decocción de hierba de San Roque en el caso de que la mucosa conjuntival presente legañas.

 15  Lavados con eufrasia.15 Lavados con eufrasia. Se aplica externamente a partir de una infusión con 50 gramos de planta seca por litro de agua. Para los lavados, el líquido debe ir desde la sien hasta la nariz , dejando que se introduzca en el ojo durante el recorrido.

 16  Zumo de perejil. Un zumo por vía oral que combine zanahoria, apio y perejil mejora la visión y actúa sobre los ojos y el nervio óptico.

Dolor de garganta

Para suavizar las mucosas inflamadas, aliviar el malestar y ayudar a recuperar el habla, se pueden utilizar los siguientes remedios.

 17  Gárgaras de salvia. Se echan dos cucharaditas de salvia en 250 mililitros de agua hirviendo. Se deja reposar diez minutos, se cuela y se añade una cucharadita de sal marina. Se hacen gárgaras tan a menudo como sea necesario.

 18  Cúrcuma en polvo. En caso de dolor de garganta, espolvorear cúrcuma sobre miel ecológica y tomar una cucharadita cada dos horas.

 19  Puerros contra la afonía. Una decocción de puerros ayuda a recuperar el habla. Se trocean dos puerros grandes y se ponen a hervir en un litro de agua durante 20 minutos. Luego se cuela el caldo y se bebe a lo largo del día.

 20  Compresas de agua fría. Antes de acostarse, se dobla una toalla de manos en tercios verticalmente, se moja en agua fría y se escurre. Se enrolla alrededor del cuello y, sobre ella, se enrolla a su vez otra toalla seca y se asegura el vendaje con una bufanda. Se retira al cabo de cuatro horas. Además, los comprimidos de olmo o infusiones también alivian el dolor de garganta.

Hemorroides 

A menudo se producen por los esfuerzos para provocar la defecación. Son muy frecuentes durante el embarazo y el posparto.

 21  Baños de asiento. Son la mejor solución, tanto de agua fría como de plantas medicinales. Se prepara una infusión de 50 gramos de milenrama en 250 centilitros de agua hirviendo. Se cubre, se deja reposar 15 minutos y se cuela. Se vierte en agua tibia y se hace un baño de asiento durante 15 minutos. También son eficaces los baños fríos de asiento con agua sola o con corteza de encina. Y mezclados con el agua del baño, las decocciones de frutos de ciprés, la de hojas y corteza de avellano, la de roble y la de hojas de vid desinflaman las hemorroides y evitan que aumenten de tamaño.

 22  Pomada e infusiones. Aplicar localmente pomada de celidonia o una compresa empapada en una infusión fría de hamamelis, acedera y diente de león. La escrofularia calma el dolor y reduce el tamaño.

Quemaduras 

Hay remedios que alivian el dolor de las quemaduras solares y domésticas.

 23  Agua fría. La quemadura superficial suele aliviarse colocando la zona afectada bajo un chorro de agua fría de inmediato y durante un buen rato para evitar que salga una ampolla. Luego hay que poner una compresa con aceite de oliva.

 24  Plantas. Aplicar compresas o lociones de aloe vera, aceite o pomada de caléndula y también gasas empapadas con aceite de hipérico o aceite de semillas de ricino.

 25  Aceite herbal. Para aliviar las quemaduras solares se mezclan a partes iguales 20 gramos de caléndula, hipérico, manzanilla y tomillo. Se añade 750 mililitros de aceite de oliva y se deja macerar dos semanas. Hay que agitar a diario el recipiente, filtrarlo y aplicarlo varias veces al día.

Hongos

Éstos son algunos tratamientos naturales que nos exigen perseverancia.

 26  Pie de atleta. Agrega a una cucharada de bicarbonato sódico un poco de agua tibia hasta formar una pasta. Con ella, frota suavemente la zona afectada, enjuaga luego y seca con cuidado. También se pueden lavar los pies con vinagre de manzana un poco diluido, tres o cuatro veces al día o remojar los pies durante diez minutos en una mezcla de dos cucharaditas de sal por medio litro de agua tibia. El jengibre puede tomarse por vía interna –tres cápsulas al día–, o bien, aplicarlo sobre la zona afectada –una decocción de 30 gramos en una taza de agua hirviendo– dos veces al día. 

 27  Aceite de árbol té. La maleleuca alternifolia es un buen agente antimicótico. Puede aplicarse directamente sobre la zona afectada –de cuatro a diez gotas– o diluido –una cucharadita por cada taza de agua tibia– en el caso de irrigaciones vaginales.

Varices

Debido a problemas circulatorios, las venas dilatadas pueden salir a la superficie de la piel.

 28  Extracto de castaño de Indias. Una dosis diaria de cien miligramos de aescina, su ingrediente activo, puede ser muy eficaz. No debe sobrepasarse la dosis recomendada.

Hamamelis y romero. El primero aumenta la elasticidad del tejido venoso y el segundo favorece la circulación sanguínea y refuerza el tejido de las venas.

 30  Hábitos físicos. Conviene hacer ejercicio. Caminar media hora diaria y subir las escaleras a pie es muy recomendable. No hay que cruzar las piernas al sentarse y siempre que se pueda hay que colocarlas en alto. Son recomendables los masajes con aceite de almendras o de oliva y los baños alternos de agua fría y caliente. Se termina con un chorro de agua fría por las piernas.

Prurito cutáneo

La mayoría de problemas cutáneos provocan picor. Para combatirlo, hay pomadas y cataplasmas eficaces.

 31  Cataplasma de pepino. Además de beber mucha agua, son muy útiles las cataplasmas de pepino machacado y harina de avena aplicadas sobre la zona afectada, así como el agua de azahar, las cremas de caléndula y de aloe vera. Las compresas frías de aceite de sésamo y esencia de limón van bien para las irritaciones de la piel y para atenuar las manchas epidérmicas.

 32  Plantas para la psoriasis. Ante la aparición de placas de color morado descamadas en amplias zonas del cuerpo, especialmente en los lugares donde hay más roce (codos, rodillas…), el tratamiento con plantas medicinales puede ser de gran ayuda. Las plantas más ricas en saponinas son las que se han mostrado más eficaces. La zarzaparrilla está indicada en los casos pertinaces. Se pone a macerar por la noche una cucharada de raíz de zarzaparrilla en un litro de agua fría y se hierve durante  20 minutos a la mañana siguiente. Se toma regularmente. La calaguala (Polypodium leucotomos) se recomienda para prevenir los brotes psoriásicos. Se toma en forma de cápsulas y de forma periódica.

 33  Pomada contra el picor. Una pomada a base de hojas de malva es muy eficaz. Se coge un puñado de flores y hojas de malva y se cortan muy finas. Se mezclan bien con mantequilla hasta obtener una crema más o menos homogénea. Por último, se coloca la crema sobre unas gasas estériles que se aplicarán sobre la zona afectada durante unos minutos. Este emplasto, además, hidrata y suaviza la piel irritada. 

Insomnio

Los problemas para conciliar el sueño se pueden eliminar con baños, tisanas y meditación.

 34  Baños relajantes. Un baño tibio 15 minutos antes de acostarse ejerce una acción sedante, especialmente si se añaden hojas de lechuga. También un baño alterno de piernas y pies: se introducen las piernas hasta la rodilla en un barreño con agua fría tres minutos y, luego, un minuto en agua caliente. Se repite varias veces.

 35  Tisanas somníferas. Tilo, amapola y pasionaria forman una excelente tisana. Otra infusión para dormir bien es la de cáscara de limón. Lava y seca el limón, móndalo y reserva la parte amarilla de la piel. Ponla en la tetera y vierte encima un litro de agua hirviendo, dejando infundir cinco minutos. Endulza con miel y bébela antes de acostarte. La infusión de valeriana se prepara con dos cucharaditas de raíz de valeriana seca en una taza de agua hirviendo. Se deja reposar 15 minutos antes de beberla. 

 36  Meditación. Nos colocamos frente a una vela encendida, cómodamente sentados. Nos concentramos en la corona que rodea la llama y nos fijamos en cómo el borde se disipa. Cerramos los ojos e intentamos conectar mentalmente esa imagen con la idea de dormirse. Respiramos profundamente durante cinco minutos, abrimos los ojos y apagamos la vela. 

Lactantes

Algunos problemas habituales de los bebés se pueden tratar fácilmente de forma natural.

 37  Eczema del pañal. Después de cada cambio de pañal, se aplica crema de caléndula. El sol y el aire también permiten la regeneración rápida de la piel. Para suavizarla, se emplea aceite de almendras dulces o de coco. 

 38  Dentición. El dolor se alivia con aceite de clavo, siempre diluido. Se mezclan cuatro gotas de aceite de esta especia con una cucharada de aceite vegetal y se masajean suavemente las encías doloridas. 

 39  Cólicos. Tomar con las comidas una infusión de una cucharadita de manzanilla en una taza de agua hirviendo los previene. Se deja reposar diez minutos, se cuela, se espera a que se enfríe y se da al bebé con un biberón.  

Traumatismos

Los aceites, lociones y cataplasmas alivian torceduras y contusiones y curan los morados. 

 40  Consuelda. Los aceites elaborados con hojas de consuelda sirven para combatir el dolor e inflamación de torceduras y magulladuras. Se aplica la consuelda en masajes o emplastos. 

 41  Árnica para golpes. Diluir 25 gotas de tintura de árnica en un vaso de agua tibia.Aplicar dos o tres veces al día sobre la zona afectada mediante compresas empapadas en la disolución.

 42  Cebolla. Se pone sobre el morado una cataplasma de cebolla. Se corta una cebolla tierna por la mitad, se golpea ligeramente para que se ablande y luego se asa durante unos minutos en el horno. Se coloca sobre el moratón, sujetándola con una venda. 

 43  Lociones y compresas de plantas. La loción o esencia de lavanda es antiinflamatoria. La sanícula, que favorece la reabsorción de la sangre, se aplica mediante cataplasmas de hojas machacadas. La decocción de vulneraria sirve para lavar las contusiones.

Por  El Correo del Sol

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Publicado por Juan-M Dupuis  y  Violeta Zurkan en Salud y Nutrición.

Esta es la noticia de la que todos los medios de comunicación se hacen eco: una investigadora de la Universidad de Nottingham (Inglaterra) ha descubierto en un viejo grimorio, esos libros de fórmulas mágicas que usaban los hechiceros, la receta de una poción que, una vez comprobada en el laboratorio, ha resultado ser más potente que los antibióticos a la hora de destruir el terrible SARM: el estafilococo áureo resistente a los antibióticos (Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina), auténtica pesadilla de los cirujanos.

De hecho, este sorprendente remedio está creando “una esperanza que supera cualquiera de mis sueños más disparatados”, como ha declarado la investigadora, la doctora Freya Harrison.

La poción acaba con más del 99,9% de las bacterias.

Se trata de una gran noticia para las personas que van a ser sometidas a alguna operación quirúrgica. Es posible que, muy pronto, ya no tengan que tenerle miedo a las gravísimas infecciones de estafilococo áureo resistente a los antibióticos.

Pero este asunto también dice mucho sobre la situación de la investigación médica actual.

La receta ya se conocía

A diferencia de lo que la prensa ha insinuado de manera exhaustiva, el mencionado grimorio no era ningún documento oscuro olvidado en una polvorienta biblioteca.

Se trata del Bald’s Leechbook, el manuscrito médico más famoso en lengua inglesa, que data de la alta Edad Media (siglo X) y que se conserva en la Biblioteca Británica de Londres. Cada una de las líneas que contiene fue descifrada hace mucho tiempo por historiadores y lingüistas especializados en idioma anglosajón (inglés antiguo).

Por lo visto, los únicos investigadores que desconocían su existencia eran los investigadores de hoy en día en… medicina.

Con los ojos pegados al microscopio, ninguno de ellos había tenido tiempo para poner en práctica alguna de esas recetas que, sin embargo, eran de una asombrosa sencillez y aparecían explicadas con todo lujo de detalles en el libro.

Juzgue por usted mismo: la receta de este milagroso elixir consiste simplemente en mezclar ajo, puerro, vino y bilis de vaca y dejarlo reposar durante nueve días.

De acuerdo; es muy probable que usted no tenga bilis de vaca en la nevera. Pero, para su información, al despiezar una vaca (una operación normal y corriente en los pueblos ingleses de la época) se puede encontrar este líquido en abundancia una vez abierto el vientre del animal (se puede llenar un cubo con la vesícula biliar de una sola vaca).

Cabe señalar que el título del manuscrito tampoco daba muchas pistas a los investigadores. En español se puede traducir por “Libro de los puerros de Bald”, siendo Bald un nombre de pila.

El desprecio a la medicina antigua

A finales del siglo XX, en las facultades de medicina sólo se hacía referencia a las viejas tradiciones médicas, y de manera general a todas las medicinas alternativas, para burlarse de la ingenuidad e ignorancia de la gente de la antigüedad.

Esta postura tan corta de miras provocó que la investigación médica descartase, antes incluso de haberlos estudiado, numerosos remedios tradicionales considerados a priori fantasiosos y, por tanto, no merecedores de ninguna atención.

Por suerte, las cosas están evolucionando y todo este asunto del Bald’s Leechbook es buena prueba de ello.

Y es que la investigadora que comprobó la eficacia del remedio explica en una entrevista que no sabe por qué es eficaz. Pone de relieve que ni el puerro, ni el ajo, ni el vino ni la bilis de vaca (los cuatro componentes de la poción) tendrían la capacidad suficiente para destruir el estafilococo áureo resistente a la meticilina.

Así, sostiene que, sin duda alguna, durante los 9 días de maceración se produce un fenómeno misterioso, quizá la aparición de nuevas moléculas todavía desconocidas.

Esta mentalidad abierta debe ser aplaudida.

Una buena cualidad del investigador es saber mantenerse modesto antes los misterios de la naturaleza; admitir que en el fondo aún ignoramos muchas cosas de la vida. Y que cuando una práctica médica funciona con los pacientes, resulta absurdo e injusto criticarla con la excusa de que no se conocen los mecanismos subyacentes (en especial estoy pensando en la homeopatía, la acupuntura o incluso la osteopatía).

Otras recetas del Bald’s Leechbook

El Bald’s Leechbook contiene cientos de recetas más que no han sido comprobadas. En él podemos leer, por ejemplo:

“Un remedio contra el dolor de cabeza consiste en aplicar sobre la cabeza un tallo de cruciada (Phuopsis stylosa, una flor rosa) con un pañuelo rojo”.
“Los sabañones se pueden tratar con una mezcla de huevo, vino y raíz de hinojo”.
“La agrimonia hervida en leche es un remedio contra la impotencia masculina, ya que puede excitar al hombre que no es suficientemente viril”. Pero ¡ojo!, advierte el manuscrito, “si la agrimonia se hierve en cerveza de Gales, tiene el efecto contrario”.
“El remedio contra el herpes consiste en una poción a base de la corteza de 15 árboles: álamo tremblón, manzano, arce, saúco, sauce, mimbre, mirto, olmo, roble, endrino, abedul, olivo, cornejo, fresno y serbal”.
“El remedio contra el dolor de pies requiere machacar hojas de artemisa, saúco y plátano, aplicar la mezcla sobre los pies y atarlos uno junto al otro”.
Hay que señalar que el Bald’s Leechbook también contiene asuntos del mundo mágico. En él se cuenta que, cuando un caballo está sufriendo, y ese sufrimiento ha sido provocado por un elfo, hay que grabar sobre la empuñadura de una daga las siguientes palabras: “¡Benditas sean todas las obras del Señor de los Señores!”