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EL plexo solar dirige todas las funciones del cuerpo físico; De él depende larespiración, la nutrición, la eliminación, la circulación, el crecimiento, el sistemanervioso… El plexo solar tiene una constitución mucho más antigua que elcerebro, y es él quien se ha encargado de formar el cerebro y nutrirlo. Si no seobstaculiza su funcionamiento, el plexo solar es infatigable y cuenta con todas lasposibilidades para remediar los problemas del organismo, para curarlo y extirparde él toda clase de plagas, etc. No obstante, el hombre ha recibido tantasnociones e ideas erróneas, que pone trabas en su vida conciente a losmecanismos subconcientes, con el resultado de que el plexo solar no puedemanifestarse correctamente, y a menudo se encuentra bloqueado, impedido ensu función de suministrar las energías indispensables al cerebro, el cual se vadebilitando, se vuelve conflictivo y, finalmente, cae en el embrutecimiento.Es así como el tipo de vida que llevamos va a permitir o a impedir que el plexosolar cumpla con su función de restablecimiento total. Como ya os lo he dichotantas veces, el aumento desmesurado de las enfermedades nerviosas en laépoca que vivimos, se debe a un exceso de trabajo intelectual, puesto que elcerebro no está preparado para recibir esta sobrecarga y es por ello quesucumbe. En cambio, cuando se sabe cómo hacer trabajar al plexo solar, elindividuo llega a ser infatigable. Sí, hay muchas enfermedades nerviosas debidasa un exceso de trabajo cerebral y a que no se sabe nada sobre el plexo solar, nitampoco sobre aquel centro situado un poco más abajo del ombligo, que losjaponeses denominan HARA* (abordaremos el tema del HARA en otros capítulos)Estos tres centros pueden desempeñar funciones formidables, que la cienciaoficial no ha descubierto aún.Si estudiáis el plexo solar y el cerebro, veréis que están hechos de la mismamateria, gris y blanca, pero invertidas. No se sabe porqué están invertidas, yaque en el cerebro la materia gris está en la superficie y la materia blanca en elinterior, mientras que en el plexo solar ocurre lo contrario. La materia gris estávinculada con la comprensión, mientras que la materia blanca se asocia con elsentir. Por eso, al encontrarse ésta última en su parte más externa, el plexo solarpuede sentir todo lo que ocurre en el ser humano, en sus órganos y en suscélulas, en todos sus procesos químicos, físicos, biológicos y mágicos.Es por esto que el plexo solar trabaja la mayor parte del tiempo en remediaraquello que no funciona correctamente. En cambio el cerebro no siente mayorcosa, excepto cuando algo va muy mal y está muy estropeado, pero tampocosabe como remediarlo. Esto le ocurre, por ejemplo, cuando el corazón latedemasiado rápido o demasiado lento, o cuando se padece un mal de estómago:El cerebro no puede hacer nada en estos casos, es algo que no depende de él.Por el contrario, el plexo solar puede restablecerlo todo, siempre y cuando se lebrinden las condiciones apropiadas para su funcionamiento normal, puesto quecuenta con un laboratorio farmacéutico formidable. En este aspecto, está muchomás preparado que el cerebro. El cerebro aún no acaba de estar organizado deltodo pero llegará el día en que lo estará, ya que su misión consiste en registrar
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una enorme cantidad de conocimientos, que le llevarán a realizar cosasextraordinarias.Los Occidentales no lo saben, pero existen métodos conocidos por la cienciainiciática, a través de los cuales es posible entrar en contacto con el plexo solarpara darle órdenes y para pedirle que arregle tal o cual deficiencia. Cuandologramos comunicarnos con él, el plexo solar es capaz de hacer maravillas eneste campo. He aquí toda una Ciencia que será objeto de estudio en el futuro.Por el momento, es difícil comunicarse con el plexo solar, puesto que no sabemosescucharle; El vive su vida independiente y el ser humano puede intervenir muypoco en ella, a no ser de una forma indirecta mientras llega el día en que puedaobrar más directamente. Ahora bien, ¿Cómo se puede actuar? (Os recordamosque el Plexo Solar está situado por encima del ombligo.)Cómo reforzar el plexo solarLo que más perturba el plexo solar y, como consecuencia, a los órganos internos:el hígado, los riñones, el estómago, etc., son el miedo, la cólera, los temores, laduda, el amor desordenado, los pensamientos y sentimientos caóticos; y puestoque el plexo solar es un depósito de fuerzas, la consecuencia de este desordenes una desmagnetización total.Pero aunque el plexo solar se puede vaciar, también se puede llenar, y esto es loque debe aprender el discípulo: cómo llenar su plexo solar.Os daré algunos métodos:1. Cada árbol es un depósito de fuerzas salidas del sol y de la tierra, y podemosextraer estas fuerzas. Escoged un gran árbol: un cedro, un roble, un haya o unabeto… os arrimáis a él colocando vuestra mano izquierda a vuestra espalda, conla palma apoyada en el tronco del árbol, y al mismo tiempo colocáis la palma devuestra mano derecha sobre el plexo solar. Os concentráis en el árbol pidiéndoleque os dé una parte de su fuerza; entonces se produce una especie detransfusión de energías que recibís a través de vuestra mano izquierda y quecedéis mediante la mano derecha al plexo solar. Luego, dais las gracias al árbol.2. También podéis reforzar vuestro plexo solar si miráis y escucháis fluir el aguade un manantial, de una cascada, de una fuente. En apariencia se trata de unmétodo insignificante pero que da excelentes resultados. El agua que fluye afectaal plexo solar que se pone a trabajar expulsando los materiales nocivos. Unmétodo extraordinario es estando en la playa o en un acantilado, observar comorompen las olas, la energía que fluye de este movimiento dirigirlo con la mente avuestro plexo Solar.3. Cuando meditéis sobre temas elevados y divinos, podéis colocar vuestra manosobre el plexo solar a fin de llenarlo de fuerzas y de energías que podéis utilizarmás tarde. Cuando os sentís llenos de alegría o de fuerza, no los desperdiciéisinútilmente en gestos, palabras, pensamientos y sentimientos; utilizad estemétodo: colocad vuestra mano derecha sobre el plexo solar meditando, y llenadlosilenciosamente con esta fuerza, con esta alegría. Nuestro plexo solar es el banco en el que podemos guardar el dinero que necesitaremos más tarde.