
Se han escrito distintos libros donde se explica que nuestro cuerpo es un reflejo de nuestra personalidad. La energía de cada ser es la base para moldear poco a poco nuestro cuerpo físico.
En este caso Wataru Ohashi hace un diagnóstico oriental de nuestros rasgos. Este escritor japonés emigró a Estados Unidos en 1970, y ha escrito 6 libros.
Extracto de este libro:
Mucho antes de que existieran los aparatos de rayos X, los escáners y los análisis de sangre, los sanadores tradicionales empleaban métodos no agresivos para determinar el estado de salud, el talento y el carácter. De estos conocimientos nació un profundo aprecio por la unidad de cuerpo, mente y espíritu. Para el diagnosticador oriental, el cuerpo es la manifestación física del alma. Cuerpo y alma son uno. El cuerpo es a la vez síntoma y símbolo del espíritu.
La diagnosis oriental es el arte de ver lo profundo bajo la superficie; de revelar la verdad interior. En este libro voy a hablar no solamente de nuestra salud sino también de nuestra naturaleza interior, tal y como se revela en las características físicas de nuestro cuerpo. Esto le servirá para adquirir una percepción profunda de su verdadera naturaleza. Vamos a dejar de lado los viejos prejuicios, sentimientos de culpa y malos entendidos, para ver un ser más profundo y fundamental.
Todas las personas buscamos respuestas a los interrogantes más importantes de la vida: ¿Quién soy? ¿Cuáles son mis fuerzas? ¿Cuáles son mis debilidades? ¿Cuál es la orientación de mi vida? Le voy a enseñar a leer su cuerpo como si fuera un libro en el que estuvieran escritas las respuestas a estas preguntas.
Mi objetivo es mostrarle sus puntos buenos, aquellos aspectos en los cuales es usted fuerte, evolucionado y dotado. Deseo que sepa qué es lo que está bien en usted, y que al mismo tiempo desarrolle un aprecio profundo por su propia persona.
Cuanto más conocemos nuestras fuerzas, con mayor facilidad podemos elegir caminar en la dirección de nuestros talentos y felicidad. El conocimiento mejora la calidad de nuestra vida. No creo que se deba cambiar para ser feliz. Más bien, es necesario conocer y cultivar lo que está bien en uno. Ya poseemos todo lo que necesitamos para ser felices.