“No obstante, hay otro motivo, otra razón para escribir este trabajo, a saber: el dialogo interreligioso. Los dos monjes constituyen un ejemplo de apertura y buena voluntad para asumir el compromiso de un dialogo serio con otras religiones y con la propia tradición religiosa. Este aspecto no se manifestó temprano en sus vidas. De hecho, al principio, ambos miraron con recelo y equivocadamente al resto de las religiones. Inicialmente, para Merton, fuera de la autoridad del catecismo de la iglesia Catolica, “solo era posible ver el vacio del nirvana, la débil luz intelectual del idealismo platónico, o los sensuales sueños de los sufistas” – una base ciertamente pobre para establecer un dialogo genuino. Nhat Hanh, por su parte, veía al cristianismo a la luz de la amarga experiencia del colonialismo. “En esa atmosfera de discriminación e injusticia contra los no cristianos”, escribió mas tarde, “era difícil para mi descubrir la belleza de las enseñanzas de Jesus”.
Con el tiempo, la mirada de los monjes cambio tanto que no solo fueron capaces de respetar a las otras religiones sino que incluso aprendieron de ellas. Merton incursiono en las enseñanzas del zen, mantuvo un intercambio epistolar temporal con uno de sus lideres y escribió numerosos ensayos sobre el tema. Sin dejar de ser cristiano o católico descubrió el vinculo interior que lo ligaba a una antigua religión, a tal punto que en una de las cartas dirigidas a D.T. Suzuki señaló: si no pudiera “respirar el zen” probablemente “morir de asfixia espiritual”. Nhat Hanh pudo valorar el cristianismo a través del contacto con cristianos que compartían sus mismos valores sociales y se unian a él en la lucha por la paz y la justicia social. Llego a apreciar tanto las enseñanzas de Jesus que actualmente tiene una imagen de Cristo en su altar personal, al lado de la imagen de Buda.
En el tiempo en que prevalecen las actitudes de sospecha y de incomprensión hacia otras religiones, tenemos mucho que aprender de estos dos pioneros espirituales. Ellos no comprometieron los fundamentos de su fe por estar abiertos a personas de otros credos. Por el contrario, comprometerse con otras creencias parece haber profundizado e intensificado su propia fe. En ambos, el dialogo condujo a una transformación personal. Parece existir un difundido temor de que el dialogo genuino conduzca al sincretismo, a la fusión de las religiones y a una perdida generalizada de la identidad religiosa. Pero se temor no surge de estos ejemplos. Mas alla de las objeciones de algunos miembros de sus respectivas comunidades religiosas, Merton y Nhat Hanh interactuaron con representantes de otras comunidades sin apartarse de los fundamentos de sus propias tradiciones. La incursión de Merton en la espiritualidad budista condujo sus pasos a Asia, donde se unio al Dalai Lama para dialogar, sin dejar de ser un monje cristiano, ocupado por el bienestar de su propia orden religiosa. Nhat Hanh recibe actualmente a personas de distintos credos en sus retiros y talleres, sin ninguna intención de convertirlas al budismo. Es mas, cuando estas personas encuentran algo valioso en sus enseñanzas, el monje budista les recomienda retornar a sus propias tradiciones y redescubrir allí idénticos valores, que probablemente no habían sido capaces de percibir con anterioridad.
Los temas de este libro no están desvinculados. La práctica contemplativa puede abrir el camino al dialogo interreligioso. El dialogo, a su vez, puede conducir a un mayor entendimiento mutuo y a una mayor disposición para cooperar con personas de otras religiones cuando se trata de solucionar los problemas mas acuciantes de la actualidad, las cuestiones globales que requerirán una acción cooperativa a través de lineamientos nacionales, étnicos, y religiosos. Ciertamente, en mas de una ocasión, los seres humanos hemos mostrado que, mas alla de las diferencias religiosas, podemos unirnos en un esfuerzo común para enfrentar crisis de gran envergadura como guerras, hambrunas, plagas y otras catástrofes naturales. Claro que para sostener este esfuerzo frente a los profundos problemas éticos que seguramente surgirán en el siglo XXI_ necesitaremos encontrar un terreno común de dialogo al nivel de la conciencia espiritual. Merton y Nhat Hanh descubrieron el modo de hacerlo mediante la practica de una espiritualidad comprometida. Haremos bien en aprender de su ejemplo.
Ambos contribuyeron a uno de los mas importantes desarrollos religiosos de nuestro tiempo: el inicio de un verddero dialogo entre las grandes religiones del mundo”.
Extradio del libro: sobre la vida de Thomas Merton y Thich Nhat Hanh, escrito por Robert King.