Archivos para 25 junio, 2014

ajedrez

Un psicólogo atendía una consulta en un hospital donde la mayoría de sus pacientes eran adolescentes.
Un día le derivaron un joven de 14 años que desde hacía un año no pronunciaba palabra y estaba internado en un orfanato.

Cuando era muy pequeño, su padre murió. Vivió con su madre y abuelo hasta hacía un año; cuando tuvo 13 años muere su abuelo, y tres meses después su madre en un accidente. Sólo llegaba al consultorio y se sentaba mirando las paredes, sin hablar. Estaba pálido y nervioso.

El psicólogo no podía hacerlo hablar. Comprendió que el dolor del muchacho era tan grande que le impedía expresarse, y él, por más que le dijera algo, tampoco serviría de mucho.

Optó por sentarse y observarlo en silencio, acompañando su dolor. Después de la segunda consulta, cuando el muchacho se retiraba, el doctor le puso una mano en el hombro:

«Ven la semana próxima si gustas… duele ¿verdad?.
El muchacho lo miró, no se había sobresaltado ni nada; sólo lo miró y se fue.

Cuando volvió a la semana siguiente, el doctor lo esperaba con un juego de ajedrez.

Así pasaron varios meses sin hablar, pero él notaba que David ya no parecía nervioso y su palidez había desaparecido.

Un día mientras el doctor miraba la cabeza del muchacho cuando él estudiaba agachado en el tablero de ajedrez, estaba pensando sobre lo poco que los hombre saben acerca del misterio del proceso de curación.

De pronto David alzó la vista y lo miró y le dijo: «Le toca».

Ese día empezó a hablar, hizo amigos en la escuela, ingresó a un equipo de ciclismo y comenzó una nueva vida,

su vida.
Posiblemente el médico le dio algo, pero también aprendió mucho de él.
Aprendió que el tiempo hace posible lo que parece dolorosamente insuperable;
a estar presente cuando alguien lo necesita; a comunicarnos sin palabras.

Basta un abrazo,

un hombro para llorar,
una caricia;
un corazón que escuche.

 

ertg

“No obstante, hay otro motivo, otra razón para escribir este trabajo, a saber: el dialogo interreligioso. Los dos monjes constituyen un ejemplo de apertura y buena voluntad para asumir el compromiso de un dialogo serio con otras religiones y con la propia tradición religiosa. Este aspecto no se manifestó temprano en sus vidas. De hecho, al principio, ambos miraron con recelo y equivocadamente al resto de las religiones. Inicialmente, para Merton, fuera de la autoridad del catecismo de la iglesia Catolica, “solo era posible ver el vacio del nirvana, la débil luz intelectual del idealismo platónico, o los sensuales sueños de los sufistas” – una base ciertamente pobre para establecer un dialogo genuino. Nhat Hanh, por su parte, veía al cristianismo a la luz de la amarga experiencia del colonialismo. “En esa atmosfera de discriminación e injusticia contra los no cristianos”, escribió mas tarde, “era difícil para mi descubrir la belleza de las enseñanzas de Jesus”.

 

Con el tiempo, la mirada de los monjes cambio tanto que no solo fueron capaces de respetar a las otras religiones sino que incluso aprendieron de ellas. Merton incursiono en las enseñanzas del zen, mantuvo un intercambio epistolar temporal con uno de sus lideres y escribió numerosos ensayos sobre el tema. Sin dejar de ser cristiano o católico descubrió el vinculo interior que lo ligaba a una antigua religión, a tal punto que en una de las cartas dirigidas a D.T. Suzuki señaló: si no pudiera “respirar el zen” probablemente “morir de asfixia espiritual”. Nhat Hanh pudo valorar el cristianismo a través del contacto con cristianos que compartían sus mismos valores sociales y se unian a él en la lucha por la paz y la justicia social. Llego a apreciar tanto las enseñanzas de Jesus que actualmente tiene una imagen de Cristo en su altar personal, al lado de la imagen de Buda.

 

En el tiempo en que prevalecen las actitudes de sospecha y de incomprensión hacia otras religiones, tenemos mucho que aprender de estos dos pioneros espirituales. Ellos no comprometieron los fundamentos de su fe por estar abiertos a personas de otros credos. Por el contrario, comprometerse con otras creencias parece haber profundizado e intensificado su propia fe. En ambos, el dialogo condujo a una transformación personal. Parece existir un difundido temor de que el dialogo genuino conduzca al sincretismo, a la fusión de las religiones y a una perdida generalizada de la identidad religiosa. Pero se temor no surge de estos ejemplos. Mas alla de las objeciones de algunos miembros de sus respectivas comunidades religiosas, Merton y Nhat Hanh interactuaron con representantes de otras comunidades sin apartarse de los fundamentos de sus propias tradiciones. La incursión de Merton en la espiritualidad budista condujo sus pasos a Asia, donde se unio al Dalai Lama para dialogar, sin dejar de ser un monje cristiano, ocupado por el bienestar de su propia orden religiosa. Nhat Hanh recibe actualmente a personas de distintos credos en sus retiros y talleres, sin ninguna intención de convertirlas al budismo. Es mas, cuando estas personas encuentran algo valioso en sus enseñanzas, el monje budista les recomienda retornar a sus propias tradiciones y redescubrir allí idénticos valores, que probablemente no habían sido capaces de percibir con anterioridad.

 

Los temas de este libro no están desvinculados. La práctica contemplativa puede abrir el camino al dialogo interreligioso. El dialogo, a su vez, puede conducir a un mayor entendimiento mutuo y a una mayor disposición para cooperar con personas de otras religiones cuando se trata de solucionar los problemas mas acuciantes de la actualidad, las cuestiones globales que requerirán una acción cooperativa a través de lineamientos nacionales, étnicos, y religiosos. Ciertamente, en mas de una ocasión, los seres humanos hemos mostrado que, mas alla de las diferencias religiosas, podemos unirnos en un esfuerzo común para enfrentar crisis de gran envergadura como guerras, hambrunas, plagas y otras catástrofes naturales. Claro que para sostener este esfuerzo frente a los profundos problemas éticos que seguramente surgirán en el siglo XXI_ necesitaremos encontrar un terreno común de dialogo al nivel de la conciencia espiritual. Merton y Nhat Hanh descubrieron el modo de hacerlo mediante la practica de una espiritualidad comprometida. Haremos bien en aprender de su ejemplo.

 

Ambos contribuyeron a uno de los mas importantes desarrollos religiosos de nuestro tiempo: el inicio de un verddero dialogo entre las grandes religiones del mundo”.

 Extradio del libro: sobre la vida de Thomas Merton y Thich Nhat Hanh, escrito por Robert King.

Clarissa Pinkola Estés

Publicado: 25 junio, 2014 en filosofia, literatura

 

ytru

«El sentido del arte no es simplemente expresarnos, sino tambien crear una forma concreta y externa

en la cual nuestra alma pueda ser contenida y evocada.»

alma de cantaora , precioso video

Publicado: 25 junio, 2014 en Uncategorized

Nassim Haramein

Publicado: 25 junio, 2014 en filosofia

radio

«Buscar la conciencia en el cerebro es como mirar dentro de una radio para encontrar el locutor»

ECKHART TOLLE.

Publicado: 25 junio, 2014 en filosofia

oiuyt

Surge mucho sufrimiento, mucha infelicidad,

cuando crees que es verdad cada pensamiento que se te pasa por la cabeza. Pero son tus interpretaciones,

las historias que te cuentas, lo que te hace infeliz.

jjjjj

“Gastamos la mayor parte de nuestra energía sosteniendo nuestra importancia…

Si pudiéramos perder parte de esta importancia nos sucederían dos cosas extraordinarias.

Una, liberaríamos la energía que se mantiene atada alimentando la idea ilusoria de nuestra grandeza y dos, nos proveeríamos de suficiente energía para…

vislumbrar la real energía del universo”