enseñanza espiritual, es hacer de ese cuerpo la materia de su
trabajo. Entonces, durante años, hace esfuerzos, se impone una
disciplina y, poco a poco, purifica e ilumina cada partícula de
su ser que consigue animar con nuevas vibraciones.

manifiestan como tales arriba, en el mundo que es el suyo, pero
es preciso que se conozcan y se manifiesten también, abajo, a
través de la materia del cuerpo físico. Aquí realiza el
misterio más grande de la existencia. Los Iniciados lo han
representado por el símbolo de la serpiente que se muerde la
cola: la cabeza, el Yo superior, el espíritu, debe manifestarse
a través de la cola, el yo inferior, la materia. El espíritu,
que está arriba, que es omnisciente y todopoderoso, debe poder
mirarse en la materia como en un espejo. Éste es el objetivo de
la Iniciación: llegar a transformar la materia para que pueda
renviar al espíritu su propia imagen.»